La Presa del Gasco, más cerca de ser Bien de Interés Cultural

Antes de que finalice la legislatura la Comunidad de Madrid podría aprobar definitivamente la protección de la Presa del Gasco con su declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).

Se trata de poner en valor lo poco que llegó a construirse del magno proyecto, de finales del siglo XVIII, que quería hacer un canal navegable desde el río Guadarrama hasta el Atlántico.

Los ayuntamientos de Torrelodones, Galapagar y Las Rozas, que comparten en sus términos municipales estos restos arqueológicos, se unieron hace dos años y, con informes de entidades tan prestigiosas como la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la Real Academia de Historia para apoyar su causa, encargaron a una empresa especializada los trabajos técnicos preliminares para que los declararan Bien de Interés Cultural.

El informe se entregó a la Comunidad de Madrid en diciembre del año pasado y, según ha confirmado la directora general de Patrimonio, la declaración de BIC se podría producir en breve. “Estamos recopilando toda la información, informes históricos, geológicos, arquitectónicos... y dándole forma jurídica porque es un proceso complicado, son muchos propietarios implicados, 20 kilómetros de trazado... pero la cosa va bien. Estamos con mucha ilusión en este expediente. Los ayuntamientos se han volcado, llevamos años trabajando juntos y en breve habrá buenas noticias“ asegura Paloma Sobrini.

UN MEGAPROYECTO 

Si se hubiera construido completa, la Presa del Gasco habría tenido 93 metros de altura.

Cuando se abandonaron los trabajos, en 1799, se había ejecutado algo más de la mitad y es lo que ha llegado hasta nuestros días, una impresionante obra de mampostería de granito de 53 metros de altura y 251 metros de longitud, con una anchura de 72 metros en la base y cuatro metros en la parte superior.

También se construyeron los primeros 27 kilómetros de canales, de los que también se conservan aún algunos restos.  

El proyecto fue promovido por el ingeniero de origen francés Carlos Lemaur, dentro del faraónico proyecto del Canal del Guadarrama. Esta  obra de ingeniería civil fue el reflejo del deseo de la Corte española por hacer de Madrid puerto de mar.