El último 'kiosco' de La Pedriza niega ocupar una vía pecuaria y pide no ser demolido
El bar restaurante 'Alta Montaña', único que queda ya en pie en el parque natural tras la demolición hace una semana de 'Casa Torrero', ha colocado este fin de semana una pancarta reivindicativa en su tejado

'Alta Montaña', con el cartel reivindicativo en el tejado
Collado Villalba - Publicado el
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'Alta Montaña', el último bar restaurante que queda en pie en La Pedriza, exige justicia ante la inminente amenaza de demolición que se cierne sobre él.
Su regente, Javier Matesanz (60 años), que lleva el negocio con su mujer, Mercedes, ha colocado este fin de semana una pancarta sobre el techo del establecimiento en la que acusa a la Comunidad de Madrid de querer acabar con el establecimiento alegando que está en una vía pecuaria.
"La Comunidad de Madrid pretende derribar este establecimiento de manera injusta, acusando falsamente de invadir la vía pecuaria, cuando está demostrado que no es cierto. Exigimos justicia!", se puede leer en el cartel.
Están preocupados porque dentro de La Pedriza ya sólo queda su local y un almacén de su propiedad, después de que la Consejería de Medio Ambiente iniciara hace nueve años los expedientes para derribar una docena de quioscos y almacenes que funcionaban de forma irregular en el interior y en las inmediaciones de este paraje natural.
La Comunidad de Madrid sostiene que tanto el almacén como el establecimiento de 'Alta Montaña' están en vía pecuaria, mientras su propietario asegura lo contrario basándose en planos y croquis oficiales, fotos aéreas e incluso un peritaje. Estos documentos demuestran, a su juicio, que el kiosco se encuentra a 95 metros de distancia del Cordel de Campuzano, que es por donde pasa la vía pecuaria en esa zona de La Pedriza.
El asunto está en los tribunales. El futuro del almacén está en manos del Tribunal Supremo y el del bar restaurante, en la Sección Octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Javier Matesanz insiste en que, por parte de la Comunidad de Madrid, no hay ningún informe, a pesar de que "la carga de la prueba debería corresponder a ella”.
“Fueron mis padres (María Galindo y Pablo Matesanz) quienes construyeron el bar hace 60 años y yo he trabajado en él toda mi vida, así como mi mujer y mis hijos”, ha contado a EFE Matesanz, quien admite que apenas duerme y que ya lleva gastados más de 50.000 euros en la defensa del establecimiento que abrieron sus padres.
Hasta la fecha, el último en caer bajo la piqueta ha sido 'Casa Torrero' a principios de la pasada semana.
Tras recibir la notificación del derribo, la responsable del establecimiento, Mª Mar Torrero, se despedía el domingo 19 de enero de clientes, amigos y vecinos de Manzanares El Real y al día siguiente sacaba los últimos enseres antes de la entrada de la máquina, que redujo la construcción a escombros en menos de 24 horas.

'Casa Torrero', tras el derribo la semana pasada