Cinco momentos imprescindibles de la Semana Santa en Badajoz

soledad

José Luis Lorido

Badajoz - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

1. La Burrita llega a San Juan

Cada Domingo de Ramos la alegría y el regocijo llegan a la Catedral de Badajoz desde San Roque. La popular Burrita, la procesión que pone en la calle los Hermanos de la Cofradía de la Entrada Triunfal de Jesucristo en Jerusalen y la Virgen de la Palma siempre atrae a los más pequeños, tanto como espectadores, como en las filas de nazarenos y hebreos que acompañan al Señor con sus Palmas. Es esta llegada al San Juan, con las insignias de todas las Hermandades de Penitencia y Gloria en las escaleras de acceso a la peculiar Catedral pacense, el momento que abre la Semana Grande de Badajoz.

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La Burrita paseo a Cristo Rey desde San Roque

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2. El Señor de la Espina visita a la Patrona

El fervor y la fe de la ciudad se deposita en los Santos Titulares del Barrio de cada cofrade, pero sin duda es la Virgen de la Soledad el nexo de unión para toda una ciudad. Y Ahí también está el Señor de Badajoz, Nuestro Padre Jesús de la Espina, con su rigor y su silencio sobrecoge en la noche del Martes Santo. Es curioso que, al igual que pasa en la tarde del Jueves, la primera parada del Señor de la Espina sea en la Ermita de la Soledad, que dista de las Descalzas, su sede canónica, poco más de quinientos metros. En esta presentación ante la Señora de la Soledad, toman protagonismo las voces corales de Badajoz, cantando sin acompañamiento musical.

3. Viacrucis en la Plaza Alta

Cuando la Hermandad del Prendimiento sube a la flamenca Plaza Alta de la Capital pacense ya se han encendido las hogueras delante de sus cruces. Los Hermanos las tomarán tras realizar el viacrucis y procesionarán durante la madrugada del Miércoles al Jueves Santo. Los cantos gregorianos y las llamadas Casas Coloradas, siempre relacionadas con el pueblo gitano, se fusionan en una imposible mezcla que cautiva a quien lo ve. 

4. La Soledad de luto

La Soledad es la única patrona que procesiona en Semana Santa. Y lo hace dos días. Uno, el Jueves Santo, con la pompa y boato correspondiente a la Patrona de la ciudad y acompañada por un total de tres Cristos: el Misterio de la Humildad y Paciencia, con el impresionante "Amarrao" atribuido a Pedro Roldán, el Ecce Homo y el Criston del Perdón, portado por Agentes de la Policía Nacional con uniforme de gala, en memoria de los compañeros caidos en acto de servicio. Pero es el Viernes Santo cuando la Soledad impresiona más: Se le retira el palio y los dorados de sus ropajes. Se le acompaña tan solo con un humilde pañuelo y un Rosario. Así, "de luto", como le dicen los pacenses, recorre el Casco Antiguo, con más de 300 nazarenos, pero tabién con miles de mujeres que alumbran su camino con velas y palmatorias. Es el momento más genuino de la Semana Santa de Badajoz en el que se cantan cientos de saetas a su paso y en el que los costaleros, los recios costaleros del Viernes Santo, nunca ven la hora de devolverla a su ermita.

5. El Encuentro

Y en este contraste de sensaciones en una Semana Santa cargada de arte y belleza, la Resurreción le da sentdo a todo:

Más allá de los costales,

Más allá de la Cuaresma,

Más allá de los ciriales,

De las capas y las sedas,

Más allá de la arpillera.

Más allá de nuestros pasos,

Del incienso y procesión.

La única cosa importante,

La que nos llena de gozo,

De esperanza y devoción,

Es nuestra verdad suprema,

La de la Resurrección.

Siempre de frente

Y en la Vida,

Siempre de frente,

y con Amor.