Guadalupe: "Mis padres convirtieron nuestra casa en un albergue"

Guadalupe revive con nostalgia aquellos días en que sus padres abrían las puertas de su casa en la Calle Orujal, 17, en Baños de Montemayor, para recibir a visitantes que acudían a disfrutar de las famosas aguas termales del balneario.

Llegamos a tener 12 camas y nos pagaban por quedarse unos días en nuestra casa

Guadalupe

Vecina de Baños de Montemayor

Estas aguas mineralizadas, con múltiples propiedades curativas, han sido siempre un atractivo para turistas y visitantes, desde que en la época romana se construyó este balneario del que disfrutaron funcionarios y militares hispano-romanos. Hoy en día, aún se conservan restos de estas antiguas termas romanas, incluyendo bañeras, pilas, monedas, aras y epígrafes en latín, testimonio de la gran aceptación que estas aguas minero-medicinales tenían entre la población y que hoy en día sigue siendo un referente. 

Tenemos un carácter simpático y hospitalario, nos lo dicen todos los visitantes

Guadalupe

Vecina del municipio

Hace décadas, cuando el turismo moderno comenzaba a florecer y no había hoteles ni hostales en la zona, los vecinos del municipio abrían sus propias casas para alojar a los visitantes, ofreciendo una cama, comida y ducha a cambio de un precio asequible. "Les dábamos todo lo necesario para que se sintieran como en casa y pudieran disfrutar de las aguas termales", cuenta Guadalupe, recordando el papel de los vecinos de Baños de Montemayor, entre ellos sus padres.