San Vicente de Alcántara rinde homenaje al primer niño asesinado por ETA: "¿Quién lo entendió?"
La localidad pacense inaugura un monumento en memoria de José María Piris Carballo
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"Fueron cuatro hermanos y regresaron tres", reza el monumento que desde este sábado recuerda en San Vicente de Alcántara (Badajoz) a José María Piris Carballo, el primer niño asesinado por la banda terrorista ETA al que su pueblo, 44 años después, honra su memoria con una pregunta: "¿Quién lo entendió?".
Son palabras de su madre, Carmen Carballo Tomé, que junto a su marido emigró, como otros muchos extremeños, al País Vasco en busca de un porvenir mejor.
Y son palabras esculpidas en el monumento inaugurado este sábado en recuerdo del pequeño en el parque de Joaquín Sama, muy próximo al domicilio de la familia y en el camino de ésta hacia el cementerio, donde descansan los restos de José María.
Ha sido un emotivo acto al que han acudido Juan Antonio, Juani y María José, tres de los cuatros hermanos que sí volvieron, y también Carmen, pero no su marido, cuya delicada salud le mantiene hospitalizado.
Junto a ellos ha estado acompañándolos Fernando, amigo de José María, víctima también de la barbarie.
Fue el 29 de marzo de 1980. José María volvía a su casa en Azkoitia (Guipúzcoa) de un partido de fútbol, junto con sus amigos Fernando García López y Jesús María Vega, en el coche de su padre.
Mientras el padre aparcaba el vehículo, los tres chavales salieron al exterior a jugar y fue en ese momento cuando una bolsa de la que sobresalían unos imanes, que se había caído de los bajos del coche de un guardia civil, despertó la curiosidad de José María.
La bomba que contenía lo mató en el acto mientras Fernando, de 12 años, resultó gravemente herido con traumatismo facial y torácico, aunque logró salvar la vida tras pasar 22 días en la UCI.
"Falleció a los 13 años a consecuencia de la sinrazón de la violencia terrorista... Mientras no se entiendan, los unos y los otros, no podremos vivir en paz", exclama el mensaje de su madre en el monumento inaugurado este sábado ilustrado con unas amapolas blancas.
Después de la tragedia regresaron al pueblo. "Aquello truncó totalmente la vida de mis padres. Tenían una vida estable y al perder a su hijo se vinieron a Extremadura a intentar vivir de nuevo", ha confesado a Efe Juan Antonio Piris, uno de los tres hermanos que regresó.
Desde el pueblo, y con este homenaje, impulsado por él junto al presidente de la Asociación Extremeña de Víctimas del Terrorismo, José María Antón, se pretende luchar contra el olvido.