Afectados por la tromba de agua en Santiago: "Las situaciones excepcionales necesitan respuestas también excepcionales"
El barrio de Pelamios revivió este miércoles inundaciones que no se repetían en más de una década. Los vecinos echan de menos más limpieza en la calle para evitar que se atasquen los sumideros
Santiago - Publicado el
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"Llevaba 12 años sin sentirme derrotado por el horizonte", pero este miércoles volvió a ocurrir. El que habla es Luis, un vecino del barrio compostelano de Pelamios, uno de los más afectados por la tromba de agua que cayó sobre Santiago minutos antes de las ocho de la mañana.
Doce años tranquilos, porque fue entonces cuando instalaron frente a su casa un sumidero que conduce hacia el río las aguas pluviales. Antes, su vivienda se había inundado en varias ocasiones y a la tercera vez el seguro le advirtió de que ya no volverían a hacerse cargo de los desperfectos porque había un problema estructural que solventar. Después de mucho "petar" en las puertas del concello y "montar el pollo", tras una nueva inundación el gobierno local atendía la solicitud de los vecinos. Desde entonces, todo bien, hasta ayer.
Luis bajó las escaleras y se encontró el agua entrando a borbotones por las rendijas de la puerta desde la calle. "Menos mal que non a abrín". Se asomó a la ventana y se encontró con Pelamios transformado en un río. Rápidamente se dio cuenta de que el sumidero no desaguaba y por eso, cada coche que pasaba lanzaba olas contra las casas. A grandes males, grandes remedios: saltó por la ventana y con la ayuda de otro vecino de la calle, consiguieron retirar la maleza y levantar la rejilla."Automáticamente desapareceu a auga", asegura.
Luis reconoce que la cantidad de agua que cayó en pocos minutos fue "excepcional", pero cree que desde el gobierno local tendrían que haber tomado medidas igualmente extraordinarias: "o mantemento é insuficiente, eu diría que un suspenso como unha catedral". Las consecuencias las tiene en el salón de su casa, con el suelo radiante levantado y la marca del agua en la pared. Y desgraciadamente, ya sabe lo que viene ahora: la pelea con la aseguradora. "O que máis temo é enfrentarme aos peritos: eles saben como teñen que facer o seu traballo e intúo que é pagarme o menos posible, non van vir co corazón na man... Paciencia sí que teño, pero xa non teño moitas forzas para pelexar con eles, gustaríame que fose todo máis doado, que houbese comprensión, que é un problema estructural, da rúa, e que lle fosen a reclamar os cartos a quen corresponda... ás autoridades públicas, os concellos... que eu pago relixiosamente como cidadán"
Luis no es el único que cree que algo más se pudo hacer para evitar la inundación de este miércoles en Pelamios. Jesús lleva en el barrio varias décadas y coincide en que desde que se hizo la obra del sumidero no se habían repetido anegamientos tan importantes. Él también señala la falta de limpieza: "la hoja toda del Auditorio, por ahí bajaban 50 centímetros de hoja, llegó allí, atrancó la rejilla y el agua tienen que buscar salida, o por el río o por encima de las casas!" Asegura que "no es que no barran todos los días la calle, es que aquí no pasan los barrenderos para nada, sólo pasa el camión y coge la que está por el centro, la que está por debajo de los coches no la cogen para nada, no pasa un carrito para nada durante la semana, para nada!" Cree que "esto pasó por despiste del ayuntamiento".
Desde el concello de Santiago insisten en que ante una tromba de agua que dejó 12 litros por metro cuadrado en apenas diez minutos, no se pudo reaccionar de otra manera. Aseguran fuentes próximas al servicio de limpieza municipal que en las últimas semanas se hicieron "limpiezas de imbornales (aliviaderos del agua de lluvia en las calles) en 200 puntos de toda la ciudad", pero que "la situación fue extraordinaria en lo meteorológico y eso también causó mayor arrastre de hojas".
La explicación no convence a vecinos como Luis. Dice que está "deixando que baixen as augas" para, si no hay reacción desde el concello, volver a "petar na porta".