Lleva una carpintería durante décadas en A Pobra, A Coruña, y no puede creer lo que hacen dos de sus empleados al jubilarse
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Juan José y Jorge decidieron ponerse al frente del negocio que les dio una oportunidad laboral hace ocho años
Santiago - Publicado el
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Todavía no han cambiado el rótulo de la puerta, porque "Bermo" es una carpintería con mucho nombre en la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal, pero en la ropa de trabajo sí que se ve ya que hay otros nombres al frente del negocio: JyJ Carpinteros. Los dos empleados que tenía Demetrio, Juan José y Jorge decidieron liarse la manta a la cabeza y tomar las riendas. Los dos llegaron al oficio casi por casualidad, pero después de ocho años, han decidido que aquí estaba el camino.
"Muchos carpinteros ya montados buscan autónomos...y para ponerme como autónomo, pues sigo con la carpintería", explica Juan José. "Al final, también pica un poco la curisidad de ver cómo podemos gestionarlo nosotros solos, vamos a probar durante un añito o así... y a ver si vamos para delante", añade Jorge.
Rondando los cincuenta, Juan José cuenta que llegó al oficio de carpintero "por circunstancias de la vida", después de trabajar en la construcción, en una fábrica de molduras de madera. "La verdad es que me gustó, porque son todo cosas cambiantes, no es un trabajo monótono". Jorge se había formado como chapista "y eso ayudó, al trabajar con acabados, pinturas... el manejo de la pistola ya lo conocía" cuando surgió la oportunidad en el taller de carpintería.
Seguro que les ayuda también que el establecimiento no empieza de cero, de ahí que, como pasa en muchos oficios que están relacionados con la construcción, los que llaman a su puerta tienen que asumir una cierta lista de espera: "un par de meses... no es mucho, pero es una seguridad", dice Juan José.
¿VIVIENDA DIGNA SIN OFICIOS DIGNOS?
JyJ coinciden en la recomendación: lo mejor para aterrizar en el oficio de la carpintería, formarse, porque el suyo es un trabajo en constante evolución.
El Instituto de Melide es uno de los que imparte en Galicia formación para futuros carpinteros. Ofrecen desde la FP Básica, también el Ciclo Medio y el Superior, que acaban de estrenar en formato dual, es decir, con mucho más peso de las prácticas en empresa.
Javier Iglesias, el responsable de formación en centros de Trabajo del centro, nos contó en Cope Santiago que han visto como alumnado que llegaba de otros estudios y que no acababa de encontrar su sitio, se convertía en un buen profesional de la carpintería: "hay chavales que no se adaptan a esas circunstancias (en referencia a la ESO y el Bachillerato) y que luego son brillantes", asegura. Tienen un ejemplo reciente: "el curso pasado fuimos los ganadores de Galicia Skills de Ebanistería y tuvimos que ir a Madrid al campeonato nacional, con un chaval que venía de la FP Básica"

Javier Iglesias es el responsable de formación en centros de Trabajo del Ies de Melide
Iglesias cree que también en la FP están sufriendo “titulitis” y recomienda romper esta tendencia con una buena formación desde la base: "yo siempre pongo el ejemplo de Medicina... nadie se hace cirujano sin hacer medicina general antes, sin embargo en FP hay la misma titulitis que hay en este país... ciclo superior, ciclo superior... cuando los Ciclos Medios son los que realmente hacen la base. Igual habría que cambiarles el nombre".
Añade además otra reflexión: "todos tenemos derecho a una vivienda digna, ¿verdad? Sin embargo, no acabamos de ver dignos los trabajos necesarios para construir esa vivienda, o esa es mi impresión... parece que no es digno ser carpintero, albañil, fontanero..." Los datos de inserción laboral siguen invitando a repensar esos prejuicios: "todas las semanas nos llaman una o dos empresas solicitando chavales para hacer prácticas o para trabajar, y estando en Melide, nos llaman desde As Pontes, Lalín, Santiago... Arzúa, Monterroso y hasta de Sarria, o sea, la gente está desesperada!" Afirma que la inserción laboral de su alumnado, que nunca estuvo por debajo del 60%, es del cien por cien en estos momentos.
Javier Iglesias insiste además en que "el oficio de carpintería hoy no tiene nada que ver con el de diez años atrás: está todo muy automatizado, no es martillo y punta, eso hace tiempo que pasó". Así, asegura que casi cualquier empresa con "cinco o seis trabajadores ya tiene una máquina de control numérico, todo evoluciona y nuestro oficio también. Aun siendo uno de los más tradicionales, es uno de los más punteros del mercado", asegura. Para quien le pique la curiosidad... la matrícula se puede formalizar en julio.