La Navidad más solidaria en Valga (Pontevedra): se cambian villancicos por donaciones al banco de alimentos
Alumnado y familias de las escuelas unitarias de Valga recorren las aldeas armados con panderetas y tambores para ayudar a la gente necesitada del concello
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Abrigos abrochados, gorros bien calados tapando las orejas...pero también diademas con cuernos de reno o bufandas y gafas con purpurina. Así se prepararon esta semana los peques del Centro Rural Agrupado de Valga para salir a calle. Porque no era un paseo cualquiera: "vamos a que nos dean comida para os que non teñen", explica Iago antes de que la expedición musical y solidaria salga de la escuela de Forno. Igual que sus compañeros de Vilarello, Ferreirós, Campaña, Xanza y Chenlo, en estos últimos días antes de las vacaciones de Navidad han dedicado un rato a charlar en clase de solidaridad y luego, a ponerla en práctica en la medida de sus posibilidades.
¿Y cómo se consigue implicar en esta aventura a alumnado menor de seis años? Tamara García, la directora de la unitaria de Forno, explica que empezaron por presentarles a los peques alimentos en cajas de regalo. La primera reacción fueron, claro, caras de sorpresa...porque a nadie le parecía que un paquete de macarrones pueda ser nada ilusionante. Sin embargo, ese fue el punto de partida para una tormenta de ideas en la que alguien concluyó..."para nós non, pero igual para alguén sí que isto é un regalo. Moitas veces déixannos coa boca aberta", reconoce la profe.
"Esto é a gloria do mundo"
"¿Vamos a ir a casa de Adrián?", preguntaba alguno de los peques en Forno. Porque allí estuvieron el curso pasado para ver los animales que criaban los abuelos de su compañero. La comitiva empieza a entonar el villancico que han ensayado varias veces, rumbo a la de Adrián. Antes, timbran en varios portales y al tercero, un vecino asoma entre divertido y emocionado y les deja las primeras aportaciones de la mañana: "¿valen latas de conserva, verdade?" Valen, valen...Rápidamente, al carrito que ha traído una de las mamás colaboradoras.
"Aquí somos moito de colleita propia", explica la profe Tamara cuando preguntamos por la música elegida para el recital, pero esta vez, después de revisar el cancionero popular, han decidido adaptar un tema de un grupo bastante reciente, Ailá, con textos con pictogramas para que "todo o alumnado poida cantar a pleno pulmón". Tal cual: nadie duda, sobre todo en el estribillo..."deno lo aguinaldo, anque seña pouco, chouriciño e medio e metá do outro..."
Cae algún paquete de pasta en el carrito antes de llegar junto a María Dolores, la abuela de Adrián, que los recibe encantada y corre a la despensa para sumar también su aportación: "quedamos moi contentos de que veñan, moi ben..." no para de repetir la abuela mientras reparte besos entre los antiguos compañeros de su nieto, que ya ha pasado a Primaria, explica.
"¿Canto hai que pagarlles polo canto?" pregunta unas casas más adelante Ricardo, un vecino al que han sorprendido los villancicos subiendo en una silla adaptada las escaleras. Aclarado que es una actividad solidaria, rápidamente sale su mujer con pasta y aceite para el zurrón de los escolares. Ricardo recuerda que cuando él era pequeño "cantaban doutra maneira, non iban tan ben vestidos" y asegura que "da gusto velos así".
Para Virginia y su hermana ha sido también una sorpresa la llegada de los escolares cantarines: ellas habían salido a dar un paseo al sol para espantar un poco el frío. "Ver a estes meniños todos é a gloria do mundo" asegura. Igual que su vecino, tampoco ha olvidado cuando de niña cantaba villancicos, recuerda que en la iglesia.
No sólo los vecinos están encantados con la iniciativa de la escuela: madres y padres que otras veces habían esperado por los caminos para aplaudir a los peques, este año han acompañado en todo el recorrido. "En estas cosas hay que echar una mano" explicaba una mamá. "A iniciativa é marabillosa" añade otra. "É moi positiva para os nenos, para os pais... para todos en xeral" apunta otro.
El Nadal Solidario del CRA de Valga está en redes sociales y carteles distribuidos por todo el concello ya desde hace días, así que además de lo que se recogió puerta a puerta, hubo también a lo largo de la semana personas que acercaron los donativos a la unitaria que le quedaba más próxima. Desde que nació hace cuatro años, la iniciativa no ha hecho sino crecer. En la segunda edición, rozaron la tonelada de alimentos recogida y esta vez la cosa también pinta bien: "enchemos maleteiros enteiros", aseguran desde la dirección del CRA. Como decía Virginia, la vecina: "isto é a gloria do mundo!".