Un arqueólogo gallego se adentra en las cuevas de Wadi Sikait, en Egipto, para analizar la explotación romana de esmeraldas
Un proyecto impulsado por la Universidad Autónoma de Barcelona avala a un equipo de investigadores que estudia las prospecciones mineras más 'preciosas' del Imperio Romano
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Entrevista con David Fernández Abella
Ribadeo - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
El arqueólogo subacuático gallego David Fernández Abella cambia las entrañas del mar por las entrañas de la tierra. Acaba de volver de Egipto, de participar en el proyecto Sikait que estudia las legendarias minas de esmeralda del desierto oriental.
Forma parte de un equipo de la Universidad Autónoma de Barcelona que investiga las antiguas minas del Imperio Romano en Egipto. Allí se sumerge -en lugar de en el mar- en lo más profundo de las cavidades mineras. Como indica David, "en Ribadeo trabajo bajo el agua y en Egipto trabajo bajo tierra, dentro de las minas, haciendo la topografía e investigando las técnicas de explotación".
Él y otros investigadores estudian el origen, desarrollo y finalización de la explotación de una piedra que, en época clásica, sólo se localizaba allí, el berilo. En concreto el berilo verde, la versión más exuberante de la piedra que todos conocemos como esmeralda.
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David Fernández Abella en una de las entradas mineras
territorio virgen
En el proyecto Sikait estudian también las costumbres de los romanos, alimentación o las vías de comunicación. Son afortunados porque exploran un territorio prácticamente virgen: "Desde que el último romano en el siglo V cerró la puerta de esas minas no se ha vuelto a entrar y somos los primeros que volvemos a entrar allí, lo cual es para nosotros una auténtica aventura y un privilegio a nivel científico".
De hecho hay una enorme cantidad de restos mineros que les aportan información de todo tipo, que da además para escribir decenas de artículos científicos.
una ubicación complicada
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Campamento de los investigadores del Proyecto Sikait
Señala tambén Abella que este tipo de explotaciones eran un reto por la ubicación en que se encontraban. Ahora es un Parque Nacional protegido. Y un reto incluso hoy día para los investigadores, porque es un espacio de compleja comunicación con cualquier zona y no tiene puntos de abastecimiento de agua. Como explica Abella "si para nosotros es dificilísimo ya trabajar allí un mes, podemos entender la cantidad de logística e infraestructura que necesitaba un contingente X de población viviendo allí o explotando allí bajo la tierra todos los minerales que buscaban".
ni rastro de esmeraldas
Después de 30 días trabajando en la zona, en la que suma ya la octava expedición del proyecto, a los investigadores les queda bastante claro que los romanos abandonaron las minas por rentabilidad. La mayoría de las minas que el equipo ha explorado no tiene rastro de esmeraldas, pero también apunta que han explorado apenas un 2% del terreno minero existente. Piensa David que llegado un momento se agotaron los filones de berilo.
Estas minas perdieron importancia con el tiempo. Hubo una explotación muy intensa durante unos 500 años. Con la caída del Imperio Romano la explotación decrece y con el avance de los siglos las minas de berilo quedaron eclipsadas. Por una parte con la conquista del nuevo mundo y, ya en el siglo XVI, con la aparición de las minas de esmeralda de Colombia, que tienen una "rentabilidad y productividad mucho mayor". La zona de Sikait se abandonó prácticamente hasta el siglo XIX.
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Investigadores del Proyecto Sikait en el interior de una de las minas
Aunque en las minas no queden esmeraldas, los topógrafos y arqueólogos del estudio tienen material de sobra para investigar durante años. Con lo que allí encuentran son capaces de entender de qué manera gestionaban los romanos la intendencia de la actividad minera. También trabajan en los asentamientos de esas poblaciones que operaban en la mina y los espacios de aprovisionamiento de agua. Como aclara David Fernández Abella, se trata de un estudio global de ese paisaje minero de época clásica. La información que obtienen es "descomunal y cada año estamos teniendo sorpresas".
Y ahora, finalizada la campaña de este año, y de vuelta ya en casa, llega el momento de ordenador todo lo descubierto, ponerlo sobre el papel y escribir esos artículos científicos que divulgarán importantes datos sobre un asunto tan atractivo como es la extracción de esmeraldas en el antiguo Imperio Romano.