Los 10.000 kilómetros de Rocío para conocer la historia de su familia

Seguro que tus padres o tus abuelos te han contado en alguna ocasión historias sobre su vida antes de que llegáramos a sus vidas, anécdotas sobre su infancia traviesa, su adolescencia rebelde. Historias que sin duda recordaremos con cariño, pero que al final son eso, pequeños capítulos de una gran novela. Pero, ¿qué pasa con el resto del relato?

Por eso, quiero preguntarte ¿Cuántos kilómetros recorrerías por conocer tu historia?, ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por conocerla? Para de leer un segundo, y piénsalo por un instante. Puede que no mucho, que únicamente te limites a leer esos pequeños capítulos y sea suficiente; o puede que sí, puede que muevas cielo y tierra por conocer la historia completa y poder leer el libro entero. Este es precisamente el caso de Rocío Ortega, una joven que ha recorrido más de 10 mil kilómetros para conocer y escribir la historia de vida de su abuela, Rosa Martínez Astola, “una española muy Argentina”.

Rosa fue una de las 200.000 personas que emigró a Argentina tras la Guerra Civil

Rocío tiene 24 años y es argentina, pero de sangre española, sangre riojana y ha cruzado medio mundo para encontrar pistas sobre la vida de su abuela, fallecida en 2017 y originaria de El Rasillo, un pueblo riojano que apenas tiene unos 130 habitantes. A ojos de su nieta, Rosa Martínez lo es “todo”, quien prácticamente la ha criado, “una mujer excelente, la mejor cuentahistorias”, pero por encima de todo eso, “la mejor abuela”.

Rosa emigró a Argentina en los años 40, época en la que se estima emigraron unas 200.000 personas, pero Rosa emigró por un tópico digno de clásico de la literatura, emigró por amor.

Tras casarse con quien ella quería, emprendió el viaje hacia una vida mejor. Viaje sin el que esta historia hoy no sería posible. Durante su vida en Argentina, Rosa volvió en varias ocasiones a España gracias a un acuerdo entre La Rioja Argentina y la de España para traer de vuelta a los riojanos que emigraron.

Años más tarde volvió a España con su marido y sus hijos para asentarse definitivamente en La Rioja española. Antes de morir, se quedó con las ganas de escribir una autobiografía y es su nieta la que ahora ha venido hasta La Rioja a conocer su historia y escribir la biografía que Rosa pudo no escribir.

Una oportunidad por partida doble

Fue la universidad la que le brindó la oportunidad de llevar a cabo este proyecto, ya que al tener que hacer el Trabajo de Fin de Grado, pensó: “¿Por qué no escribir un libro sobre la historia de mi abuela?” De esta manera pudo hacer “un dos por uno hermoso” finalizando sus estudios a través de un tributo a su abuela.

Para Rocío, este no es un viaje cualquiera, es un viaje a lo largo de la historia, del pasado ya que “remueve muchas emociones” al recordar a su abuela todos los días y verla reflejada en su tía abuela, algo que dice, “le encanta” pero también es “encontrar historias” y “encontrarse con el pasado”. Un pasado que se hubiese quedado olvidado en la estantería de no ser por este viaje. A lo largo del tiempo que lleva investigando, ha contado con la ayuda de quienes la conocieron, pero sobre todo de su tía abuela, ayuda que ha sido “súper valiosa, porque es la única persona que sigue viva y que realmente la conoció cuando era chica y en su adolescencia, y la única que puede describirla y contarme cómo era, qué hacía, qué le gustaba…”.

“Todos tenemos un trozo distinto de su historia” historia que deja huella y que supone el claro ejemplo de la importancia de las historias personales, de la memoria histórica y de cómo estas pueden conectar generaciones y culturas a miles de kilómetros de distancia. Y es que esto no supone el fin del libro de Rosa, es tan solo el prólogo de su propio libro, el de la historia de Rocío.