Las jugueterías se reinventan para sobrevivir a la crisis del juguete

Los niños ya no juegan con juguetes. Es una de las principales premisas que explican la crisis del sector que les castiga cada año un poco más. Las nuevas tecnologías, los videojuegos, la baja natalidad, el aumento de los costes de producción son la tormenta perfecta. Parece que todo el viento está en contra de las jugueteras más tradicionales. El sector que cada vez tiene que competir por la atención de los pequeños y los no tan pequeños. En la juguetería Children's, Rafael Arruga atiende tras el mostrador a los clientes que pasan por allí en busca de algo que regalar o un entretenimiento de calidad. Su juguetería es una de las más famosas de la ciudad porque tiene mucha historia y un gran catálogo de todo tipo de juegos.

Desde Playmobils hasta maquetas y puzzles. Esta juguetería es un buen ejemplo de perseverancia y adaptabilidad en un sector que es muy cambiante ultimamente. El 2023 cerró con 45 jugueteras menos que el año anterior y las ventas bajaron un 4% en otro año más de descensos consecutivos.

La de Rafael lleva ya más de 50 años, el recogió el testigo de sus padres que fundaron la tienda en 1972. Él también ha notado ese cambio en el sector, aegura que “la interferencia de los videojuegos se ha notado, y el cambio en el modo de vida”, sin embargo, asegura que hay una salida de emergencia en “la especialización, es nuestro trabajo adaptarnos”.

El sector del juguete se adapta a un nuevo mercado

En los últimos años, hay una nueva tendencia a la que han podido agarrarse. Los niños cada vez juegan con menos juguetes pero Rafael sí ha detectado un relevo en los clientes, “hay muchos adultos que vienen por nostalgia, o para jugar con sus hijos o por coleccionismo”. Los jóvenes adultos o 'kidult' abreviatura del inglés Kid Adult (niño adulto) son los nuevos nichos del sector. De hecho, empresas como LEGO han sabido reconocer esta tendencia y han adaptado sus productos a maquetas más dirigidas (y más caras) o Playmobil que no ha perdido la oportunidad de lanzar figuras temáticas y referenciales a la cultura pop de los años 80 como 'Regreso al futuro' (1985) o 'Los Cazafantasmas' (1984) Precisamente ese mercado creció un 25% el año pasado, los clientes mayores de 18 años que compran juguetes por nostalgia y por coleccionismo. Un coleccionismo que es además una inversión, Rafael asegura que "muchos de los productos se revalorizan mucho con el tiempo" y juguetes y figuritas copan las páginas de segunda mano con precios que sugieren mucha rentabilidad.

El futuro del juguete es incierto para Rafael, él cree que podrá jubilarse, dentro de 15 años, sin tener que dejar la tienda porque de momento funciona. Aun así, todo depende de la temporada de Navidad, cuando las ventas marcan el resto del año, y de momentos muy puntuales: “Hay mucha estacionalidad”, explica Rafael, “los meses de diciembre y enero y los regalos son claves pero también hay alguna fecha importante como el día del padre o la entrega de notas en los colegios”, siempre hay una excusa para comprar un juguete.