Así es la vida de los feriantes por los pueblos en fiesta: "Arrastrando a su familia y su vivienda"
José Javier Goldáraz, secretario general de AIFNA (Asociación de Industriales Feriantes de Navarra) explica cómo es la vida de los feriantes duratnte el verano
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las ferias (o barracas) son un elemento muy importante de las fiestas de Navarra que no está en su mejor momento. José Javier Goldáraz, secretario general de AIFNA (Asociación de Industriales Feriantes de Navarra), explica que el principal problema es la noche. Según Goldáraz, la feria nocturna está casi desaparecida. Por las noches tienen cada vez menos visitantes y eso eso supone un problema para la economía de los feriantes.
Un problema que se acentúa con las subidas de la temperatura. Goldáraz asegura que las inclemencias del tiempo son lo peor de la profesión, y que con temperaturas cada vez más altas, los feriantes acaban perdiendo horas de trabajo y, por tanto, dinero. La jornada habitual de los feriantes era de 17:00 a 02:00, aproximadamente, pero desde AIFNA señalan que con las olas de calor, muchas veces se retrasa el horario de apertura hasta las 20:00 o las 21:00. Un drama si la gente no acude a las barracas de noche.
Es un trabajo que requiere vocación. El secretario general de AIFNA explica que los feriantes arrastran a sus familias y sus viviendas hasta los distintos municipios a los que llevan las atracciones. Es un estilo de vida diferente y que necesita mucha dedicación no solo por desplazar a toda la familia y el hogar ni por esas jornadas de trabajo, sino porque al final trabajan durate todos los días que dura la fiesta del lugar en el que estén, y alguno más.
El montaje, como apunta Goldáraz, comienza unos tres días antes de la apertura del recinto ferial. Necesitan tiempo para que se puedan montar las atracciones correctamente asegurando su seguridad. Además, después pasan la revisión de un ingeniero que certifíca la seguridad para el buen funcionamiento de todas las atracciones. Esos tres días de montaje suelen concluir, al menos, un día antes de que comiencen las fiestas. De esta forma el recinto ferial abre sus puertas antes de que comiencen las celebraciones. Además, una vez terminan, también hay que desmontar el recinto, lo que alarga todavía más el trabajo. Es decir, en una localidad con tres días de fiestas, los feriantes tienen unos siete días de trabajo.