Historia del barrio de la Txantrea: del porqué se llamó Chantrea en 1950, al coloquial y cariñoso 'La Txan'

La primera piedra de la Chantrea se colocó el 19 de marzo de 1950, así que en este 2025 el barrio cumple 75 años. Pero vamos mucho más atrás…

Su origen está en la antigua leprosería de la Orden de San Lázaro (lazareto), que abrió sus puertas en el siglo XI en la zona de la Magdalena. La leprosería atendía a los enfermos en una zona alejada de la ciudad para evitar contagios.

Con el paso de los años, en las zonas más próximas al río, fueron surgiendo casas de labranza que tenían sus propias huertas y dos molinos: los de Caparroso (San Miguel) y Ciganda (Magdalena).

Se trataba de un barrio extramural, edificado sobre unos terrenos que eran propiedad de los chantres, un cargo catedralicio que se ocupaba del coro. De ahí el nombre de Chantrea. En diciembre de 2017 la denominación oficial cambió con Joseba Asirón como alcalde de Pamplona al de Txantrea.

La leprosería se transformó en un lugar que atendía a peregrinos y transeúntes, función que mantuvo hasta la desamortización de Mendizábal, en 1836. Posteriormente, se instalaron allí las Siervas de San José, conocidas como Josefinas, para atender a huérfanas y desamparadas.

Ya en 1904 abrió sus puertas el manicomio, conocido popularmente como “la casa del tejado colorado”. Tenía capacidad para acoger a mil personas y estuvo operativo 83 años, hasta 1987.

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Volvamos a 1950. La primera fase incluía 300 viviendas, fue promovida por el Patronato Francisco Franco y la mano de obra la aportaron los vecinos, que así abarataban el importe de las casas (costaban 47.840 pesetas y se les descontaron 13.840).

Aquellas casas, anunciadas como “viviendas para obreros” tenían un pequeño huerto y una bajera pensada para ser utilizada como gallinero. Fueron estrenadas el 18 de julio de 1952.

A partir de ahí el barrio fue creciendo, siguiendo una planificación urbanística, algo que no ocurrió con otros barrios, como la Milagrosa o la Rochapea.

En 1957 se inauguró el cine Chantrea -en la calle San Cristóbal-, la parroquia Santiago Apóstol llegó a finales de los sesenta -en la calle Lumbier- y el instituto Irubide, en 1972. Y a partir de 1977, hasta los años noventa, cada domingo se celebraba el Rastro de la Chantrea, al que llegaron a acudir cerca entre 30.000 y 40.000 personas.

Irubide, por cierto, era el nombre de la casa de recreo de un reconocido dentista, Serapio Dutor, de principios del siglo XX y que se encontraba justo en un lugar donde confluían tres caminos -de ahí el nombre de Irubide-.

En los años sesenta y setenta (1968-74) el barrio creció con el desarrollo de ORVINA, iniciales de Organización de Viviendas de Navarra, en tres fases. Y finalmente llegó Alemanes, junto al río, que es la zona más nueva del barrio.

El nombre de Alemanes se debe a un curioso motivo, que tiene que ver con la llegada de un grupo de alemanes, en mayo de 1916, que luchaban en Camerún -colonia alemana- en la Primera Guerra Mundial. Huyeron a Guinea -colonia española- y de allí vinieron a España y se les distribuyó por diferentes ciudades. Pamplona acogió a unos 250 alemanes que, una vez instalados aquí, acudían con asiduidad a bañarse y a hacer deporte a la zona del río Arga que hoy conocemos como alemanes.