Navarra
Juanma Garro, de Lacturale, afectado por la DANA en Utiel: “Me gustaría dar un abrazo a los que nos han ayudado"
La suegra del presidente de Lacturale tuvo que ser rescatada por un vecino y se ha quedado "sin absolutamente nada"
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En Cope Navarra hemos conocido esta semana ejemplos de solidaridad de navarros con el pueblo valenciano. En esta ocasión, en Cope Navarra, conocemos los testimonios de dos personas que han estado estos días en la zona más afectada.
El caso de Juanma Garro, presidente de Lacturale, que tiene a su suegra allí, que tuvo que ser rescatada por una ventana. Además, la casa donde vive su mujer y su hija, y a la que acude los fines de semana, también ha quedado muy dañada.
Por otro lado, tenemos a Pablo Lasaosa, fotógrafo que ha acudido estos días a documentar de forma gráfica el desastre, pero obviamente a echar una mano en lo que pudiera. “La pasarela que cruza de Valencia a la zona afectada era una autopista, mareas y mareas de gente con rastrillos, palas, capazos, con botas, con comida, con agua, con carritos, con todo... Y cruzaban desde Valencia a ayudar a la gente, porque estaba desolada, estaba sola, completamente sobrepasada por la situación”.
La suegra de Juanma Garro lo ha perdido todo y su casa en Utiel también se ha visto afectada. Sin embargo, se siente un afortunado, a pesar de toda la dureza que ha visto estos días. “Somos unos verdaderos afortunados, nosotros no tenemos desgracias personales. El vivirlo allí es exageradamente duro. Yo no he hablado tan poco nunca y no he llorado tanto, tampoco nunca. Es duro, es muy duro. Nos ha tocado, pero me considero un afortunado, nosotros tenemos vecinos ahogados”.
Juanma Garro ha indicado que se intentó preparar para ver lo que se iba a encontrar allí, lo cierto es que eso es imposible. Juanma Garro sólo tenía ganas de llorar cuando llegó y vio a sus vecinos. “Es que llegas allá y lo primero es llorar. Y hablar con la gente y todo son miradas tristes. Es mucha pena; mucha, mucha pena; mucha, mucha, mucha, mucha pena. No se puede arrancar la vida a una persona, no puede ver el padre cómo se le iban dos hijos, no puede ver cómo una mujer pierde al marido y al hijo...” Garro se lamentaba que mucha de esta tragedia se podía haber minimizado “en un mundo tan avanzado que las tecnologías que presumimos tanto”.
De hecho, Juanma Garro sigue emocionándose hablando de los voluntarios y de toda la gente que estuvo allí ayudándoles. “Me gustaría dar un abrazo a cada uno de los que nos han ayudado. Es que no os podéis imaginar. La gente que tenemos aquí es gente buena. A nada que la sigamos educando un poco hacia la humanidad...”.
Garro, por cierto, también ha querido acordarse de los agricultores, de los hombres de campo, que, una vez más, estuvieron al pie del cañón en un momento tan duro. “Si no es por los agricultores, habría muchísimos más muertos, muchísimos más muertos, sin duda. El día de las inundaciones, a mi vecino Rafa lo sacaron con un tractor. Además de que hacemos alimentos, en todas estas situaciones también está ahí el sector”.
Estas personas, indica Garro, se han quedado sin nada. Y va a hacer falta mucha ayuda para reconstruir todo. Va a hacer falta “fontaneros, carpinteros, albañiles, electricistas para empezar a vivir” porque está todo devastado. “Yo soy un afortunado, pero, por ejemplo, mi suegra se ha quedado literalmente con lo puesto. Sin nada, es que absolutamente nada. Nada es nada”.
Por otro lado, Pablo Lasaosa ha destacado cómo se han organizado todos los voluntarios para ayudar a todas esas personas que no tenían agua para beber. Que ahora tienen algo de agua, pero para ducharse. Personas que no habían comido nada caliente en días. Gracias a todos estos voluntarios, han tenido bebida, comida, medicamentos...
Pablo Lasasoa ha contado todo lo que ha vivido allí. Barro, basura, coches por las calles, muebles... Pero le ha llamado la atención los olores que han ido surgiendo. “Muchas veces no sabes en qué población estás. Si estás en Masanasa, en Alfafar o en Catarroja. Es todo tan parejo que, mires donde mires, sólo hay destrucción, coches volcados, basura, escombro, olor...”. El olor ha ido poniéndose cada vez más fuerte. “Los primeros días eh quizás se notaba menos, pero sí que ahora la basura, los animales... Se notan los olores y, sobre todo, cuando se mueve el barro”.
El fotógrafo ha indicado que en estos momentos extremos ha vivido una gran mezcla de sentimientos. “Sí, hay momentos bonitos, muchos abrazos de gente, los voluntarios. Los vecinos están súperagradecidos con la gente que está viniendo de todos lados, con todo lo que se les está proporcionando, pero también hay mucha desolación”. Lasasoa ha contado alguna experiencia que le contaron en el terreno. “Estuve con un chico que vivía en un bajo y tenía 2,15 metros de agua en su casa. Tuvo que salir por una trampilla a casa del vecino. Se encontró a los perros flotando. Entonces, te pones en su lugar, en su pellejo y la verdad es que impresiona mucho”.
Lasasoa ha indicado que volverá a Valencia para ver cómo se reconstruyen todos esos lugares que ha recorrido, Sedaví, Massanassa, Paiporta... Y ha pedido, por favor, que no nos olvidemos de ellos. Que siga la solidaridad durante tiempo, porque tardarán mucho en recuperarse.