Un pediatra advierte de un riesgo al que se enfrentan los menores: "Gestionar desde más pequeños"
Raimon Pelach advierte que hay que 'educar enseñando y enseñar educando' a los menores
![Raimon Pelach habla sobre la gestión de la frustración](https://imagenes.cope.es/files/image_425_238/uploads/2025/01/31/679cde6012bb4.jpeg)
Unos padres hablan con sus hijos.
Pamplona - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Vivimos en una sociedad del éxito. En todo momento estamos viendo tanto en la tele, como en las redes sociales, en muchos ámbitos personas exitosas. Algo que, seguramente, pueda influir y mucho en nuestros menores. Por eso, Raimon Pelach, desde la Asociación Navarra de Pediatría asegura que debemos acompañarlos en la gestión de la frustración desde bien pequeños. “Hay que gestionar ese aburrimiento y esa frustración desde más pequeños. Hay que decirles: 'te aguantas, no todo te va a gustar en la vida'. El niño es inmediato pero nosotros tenemos que ver por ellos en su educación”, asegura Raimon Pelach.
Raimon Pelach asegura que hay que trabajarlo desde bien pequeños, cuanto antes, mejor. Y para trabajar la frustración con los más pequeños, nos vienen muy bien el uso de normas y de órdenes. Y decir no, cuando haya que decirlo. “Las normas y los límites dan seguridad al niño. Te discutirá muchas cosas, pero en el fondo sabe de sobra si tiene razón o no. El niño va tensando la cuerda, eres tú quien has de atar corto. Es necesario decir: 'Esto ahora tú no lo entiendes, pero soy mayor que tú, tengo experiencia y esto va a ser así porque lo digo”.
La exigencia tanto en la escuela, como en los deportes, como en la educación es necesaria, es compatible con la gestión de la frustración. Lo que hay que saber es que cuando llegué el primer escollo, hay que intentar hablar con ellos, dejar que se expresen y ayudar.
“Ayudándolo primero”. Hay que preguntarles qué les ha pasado, qué creen que ha podido influir en ese traspiés o pequeño fracaso. “Hay que abrir puertas para hablar con ellos”, indica Raimon Pelach. No hay que culparlos o reñirles de entrada. Hay que asegurarles que le vas a ayudar a solventar esa crisis.
Es responsabilidad de los padres el mostrar esas herramientas a los más pequeños para que ellos pueden gestionar sus frustraciones, que llegarán, porque la vida no es sólo éxito.