Marian Rojas revela el gesto que haces con tu hijo que afecta directamente a sus relaciones cuando es adulto: "Muchos padres..."

La psiquiatra pone el foco en el apego y en cómo nuestra infancia condiciona lo que vivimos cuando somos mayores

Marian Rojas en los micrófonos de COPE
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Beatriz Calvo

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Seguro que en alguna ocasión te ha ocurrido, que te franqueas con alguien que consideras de tu círculo íntimo, y después te sale rana, o cuenta lo que has dicho, o te critica de una determinada manera, y entonces percibes que no se trata de alguien de tu círculo de confianza. 

El asunto acerca de si las relaciones son buenas o no, y si estamos o no en un ambiente en el que no tengamos que utilizar una red de precaución, es interesante. Por ello, en 'Fin de Semana' hemos profundizado en ello de la mano de nuestra psiquiatra, Marian Rojas. 

"Todos queremos tener a nuestro alrededor personas, las hemos llamado relaciones sanas en el programa, pero es que a mí me gusta más esas personas vitamina, que son aquellas que, como digo yo, te transmiten paz en tus momentos de guerra y de perturbación interior.

Es decir, todos hemos tenido a lo largo de nuestra vida personas que solo pensar en ellas nos activan en modo alerta, nos intoxican de cortisol, y luego también tenemos personas que son capaces de mejorar nuestros niveles de todas las sustancias",  ha comenzado explicando Rojas. 

lA IMPORTANCIA DE CONOCERSE A UNO MISMO

La clave empieza en una frase que hemos escuchado muchas veces, que es que "para estar bien con alguien, lo más importante es estar bien con uno mismo". Pero, ¿qué significa estar bien con uno mismo? 

"Yo me conozco, yo me comprendo, yo sé cómo soy, acepto mis limitaciones, no me machaco por mis errores constantemente, perdono porque todos nos equivocamos y nos confundimos de vez en cuando, oye, pues caemos y hay que levantarse", explica la psiquiatra. 

El apego en la infancia

A partir de aquí, ya comienza a desarrollar la relación con los demás: "En psiquiatría, en psicología, en los últimos años, en la neurociencia se ha hablado mucho de lo que se denomina el apego seguro y el apego inseguro". 

Niños y padres hacen cola para entrar al colegio el primer día de clase tras la vacaciones de verano, a 10 de septiembre de 2024, en Málaga, Andalucía (España)

Europa Press

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En este sentido, la infancia es clave, y es que cómo es tu apego de pequeño influye de una forma muy notable en mis vínculos y conexiones con otras personas cuando soy adulto. 

"Si yo tengo un apego seguro desde mi infancia, es mucho más fácil que yo conecte de forma segura, confiada, asertiva con la gente de mi entorno cuando me hago mayor, tanto con mis amigos, mis compañeros de trabajo o con mi pareja". 

El apego inseguro

Otra de las preguntas qué surgen es qué significa tener un apego seguro: "Pues significa que yo soy pequeño y cuando soy un bebé mis necesidades básicas están cubiertas. Oye, lloro y me cuidan, tengo hambre y me dan de comer, o tengo frío y me tapan. Así de básico. 

Si tú consigues que exista un apego seguro, eso significa que tú estás presente en las necesidades que tiene tu bebé. A veces sobreprotegemos a esos niños. Una de las cosas que ha sucedido en los últimos años es que, como ha habido tal información sobre el apego inseguro, muchos padres tienden a sobreproteger a sus hijos. Nos hemos pasado por el otro lado. Nos hemos ido al extremo. 

Todos los padres están en todas las reuniones de todos los días, de todas las materias, todas las extraescolares, de todas las cosas de los niños. Ese niño que tiene que aprender a vivir con cierta autonomía, que explore el mundo, que tenga un contacto real con la vida". 

Aquí el equilibro juega un papel clave: "Si tú todo lo resuelves para ese niño, afectivamente hablando, ese niño al final no sabe gestionar los miedos que todos tenemos. Y generas un niño con un apego inseguro, ansioso, que se llama así, que necesita siempre la figura de alguien validándole". 

Tras estos detalles, Marian Rojas se ha dirigido directamente al oyente: "Probablemente, el padre o madre o abuelo que nos escucha, me debe estar pensando. ¿Cuál es la solución? Bueno, pues es que no es tan sencillo. 

Hay una parte que depende mucho de cómo soy yo como cuidador. Es decir, cómo he sido yo como padre, si yo era padre, cómo fui yo cuidado de pequeño". 

"El tema del apego inseguro es, por un lado, yo siempre digo que los padres sepan que la presencia está. Es decir, si me necesitas aquí estoy, y tienes un canal de comunicación abierto conmigo para contarme cómo estás. Te demuestro afecto y no me da vergüenza darte un beso, decirte que te quiero o incluso pedirte perdón.

Esto es algo que yo con mis hijos cuando tengo algún día malo, por ejemplo, lo de pedirles perdón y decirle pues mamá estaba cansada. Es decir, abrir un canal de comunicación fluido porque cuando tú eres mayor y tú tienes tus relaciones con tus amigos, con tus compañeros de trabajo, te casas o tienes pareja. 

Es que necesitas tener buen canal de comunicación, necesitas gestionar tus propias emociones, entender qué es lo que te perjudica y qué es lo que te hace bien, también saber pedir perdón cuando hay que pedirlo y poner límites", ha concluido. 

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