Schlichting: “Si hay amiguismo en el contrato de los tests fallidos a Interpharma, es negligencia criminal”
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Muy buenos días España, en este 25 de abril, plenamente primaveral, que hace la séptima semana de confinamiento y el día número 42 de la estancia obligada en casa.
Hace sol, pero vienen lluvias a partir de mañana, así que aprovecha los rayitos que te toquen por las ventanas y balcones. Si tienes niños, eso sí, mañana será un gran domingo, con esta salida de una hora autorizada por el Gobierno. La regla, un máximo de tres niños a la vez y los cuatro “unos” del ministro de Sanidad.
¿COLEGIO ANTES DE FIN DE CURSO?
También preguntan los padres si habrá colegio antes del final de curso, pero no parece probable. Serán las autonomías las que decidan: Eso y si los niños aprueban con varios suspensos. La ley nacional regulaba estos extremos, pero la ministra Celaa ha levantado la prohibición, argumentando el estado de alarma, aunque más de un jurista sostiene que conculca la Constitución. El asunto es que los que pasen de nivel no lo harán en las mismas condiciones en un sitio que en otro.
DESESCALADA
Y de los niños pasamos a los adultos. Las comunidades autónomas, que sí tienen delegadas las competencias sanitarias, han presentado planes de desconfinamiento que el Gobierno ha frenado. Todas las decisiones serán tomadas por el Ejecutivo y el ministro Salvador Illa, ha elaborado un documento con 27 parámetros en torno a cuatro reglas que cada autonomía debe garantizar. Son estrictas.
Uno, que se garantice la capacidad sanitaria local en caso de repunte de contagiados. Eso incluye poder triplicar las UCIs y tener equipos de protección individual para el personal sanitario. Dos, hacer un mapa epidemiológico que determine los focos de la enfermedad y realizar PCRs, los tests de detección del virus, tanto en hospitales como en residencias. Tres, vigilancia constante de los datos, muy pormenorizados y, finalmente, cuarto, garantía de acceso de la población a mascarillas. Son medidas caras, que exigen compras y contrataciones. Por su parte, varias autonomías querían tirar para adelante ya y se las ha frenado. Desde Cataluña, que exige organizar sola la desescalada, al País Vasco, que quiere hacer elecciones a final de julio, o Canarias, que quería empezar ya este lunes a dejar salir vecinos, según edades y por turnos –par o impar- por número de portal de la vivienda. En el capítulo de la tontería entran las propuestas de Carles Puigdemont, el pobre desde Bruselas, que propone una masiva manifestación con motivo de la próxima diada, el 11 de septiembre, con personas separadas metro y medio, para demostrar al mundo –dice- la potencia independentista.
Está peor que el presidente Trump, que medio en serio medio en broma, dijo que tal vez se podía utilizar desinfectante para combatir el virus y ha provocado que una treintena de ciudadanos consumiesen lejía o desinfectantes y que las autoridades sanitarias hayan tenido que aclarar que es tóxico.
CONTRATOS SANITARIOS
En el negociado del ministro Salvador Illa, en plena complicación por la desescalada, ha estallado un escándalo con motivo de al menos dos de los contratos realizados para conseguir material sanitario. Se ha sabido esta semana el nombre de la empresa que se eligió para la importación de 650.000 tests por 17 millones de euros. Se llama Interpharma. Ahora hemos sabido además que la empresa catalana no contaba con el aval de Sanidad para vender y distribuir los productos, que finalmente se demostraron inútiles y tuvieron que ser devueltos. La especializad de Interpharma con productos cosméticos, como lociones anti piojos. Todo el procedimiento de contratación está rodeado de sombras: ni fue validado por los técnicos del Ministerio ni por los del Instituto Carlos III. El procedimiento se repite en la empresa malagueña Value & Bro SL, que fue contratada para proporcionar 700.000 hisopos para toma de muestras biológicas, a cambio de algo más de cinco millones de euros. La empresa carecía de empleados contratados y de licencia para la importación de productos sanitarios.
No se entiende cómo para encargos tan grandes de un país y de tantísima responsabilidad, en una situación grave, las autoridades sanitarias han recurrido a empresas tan pequeñas, irrelevantes y poco especializadas. Resulta increíble, habiendo grandes consorcios en España, con mucha experiencia y solvencia, capaces de esta transacción.
Se rumorea ahora que, al menos en caso de la empresa catalana Interpharma, puede haber simpatías políticas en la decisión del ministro Illa. Sea verdad o no, es responsabilidad del Ministerio de Sanidad una negligencia tan grave, que el ministro debería explicar en el Congreso de los Diputados. Si se demuestra amiguismo, esto no es una burrada, como decir que los niños pueden ir a los supermercados; ni una torpeza, como fijar los precios de las mascarillas, que está desatando la protesta de los farmacéuticos porque va a dificultar su venta. Esto entraría en el capítulo de la corrupción y directamente la negligencia criminal en un país en alerta máxima.
Y es noticia hoy que ha habido un nuevo brote de coronavirus en China, esta vez en una ciudad distinta de Wuhan.