José Miguel empezó como albañil y acabó de médico en urgencias

Hay personas que no paran de luchar hasta conseguir su sueño. De hecho, la mayoría de estas personas acaban por conseguirlo, aunque sea a base de pasar por una situación, a veces muy difícil. Y hay que poner como ejemplo a José Miguel Fernández.

Él es de un pueblo de Granada. Su entorno es, en su inmensa mayoría de etnia gitana. Los que sepan un poco de las costumbres de estas personas, sabrán que es muy difícil salir de sus costumbres y sus tradiciones. Pero siempre hay una persona que va la primera en la fila. A veces lo que te toca es dedicarte a la albañilería y, de hecho, empiezas a dedicarte a eso y no te va nada mal. Pero no es a lo que quieres dedicarte el resto de tu vida. Ese es el caso que ha contado José Miguel.

Este medico granaino ya estaba casado a los 25 años, con dos maravillosos hijos, casa y coche. Rondaba el 2006 con el boom de la industria inmobiliaria. Y él la aprovechaba como albañil en una empresa a medias con su primo. Pero decidió que su vida tenía que desviarse y tomar otro camino. Y empezó a hacer el bachillerato nocturno y, tras pasarlo con unas notas excellentes, empezó una de las carreras más exigentes actualmente: medicina.

Nada de esto frenó su ánimo ni el de su mujer, que ya tenía hecho su curso en educación infantil pero se puso a fregar suelos para sacar adelante a su familia y también los sueños de su marido.

Y todo acabó bien. Ahora José Miguel luce con orgullo una bata blanca impoluta, salvo cuando atiende a sus pacientes de urgencias en el hospital de Almuñecar.