'Crónicas perplejas': "Cambiar de opinión no es un síntoma de debilidad"

Habla Antonio Agredano de aquellos que son chaqueteros

Antonio Agredano
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Antonio Agredano

Habla Antonio Agredano en sus 'Crónicas perplejas' en 'Herrera en COPE' de los chaqueteros

Antonio Agredano

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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.

Hay personas que presumen de no haber cambiado de opinión en treinta años. Cambia todo. Cambian los cuerpos, los ánimos, los coches, los gobiernos. Cambia todo, menos su opinión. Que se mantiene firme. Ajena a los tiempos. Ajena al mundo. Como un fósil sepultado por toneladas de tierra y piedra.

Y lo dicen con orgullo, y quizá lo sea, pero no para mí. Cambiar de opinión no es un síntoma de debilidad, no es estar sometido a las modas y a los días. Es, simplemente, asumir que las cosas se mueven, que maduramos, que aprendemos y que dudamos.

Dudar es una gimnasia magnífica. Te mantiene en forma. Te hace elástico, te hace sensato, te quita esa rigidez de la gente que nunca cambia de opinión. Que tienen la sensación de que todo ha ido peor. Que guardan sus palabras como un tesoro en el fondo de su cabeza. Inmunes a la cotidianidad y al desconcierto.

Cómo voy a pensar del mundo lo mismo que pensaba cuando tenía veinte años, cuando estudiaba de menos, cuando bebía de más. Sin hijos, sin dolor, sin apenas pérdidas. Soy ese hombre pero soy otro hombre. Y mis palabras se mueven con el viento como las débiles ramas de un árbol en mitad de ningún lado.

Guardo algunas convicciones. Conservo mis valores. Porque nadie puede renunciar a sus raíces. Pero en el resto: he cambiado de discos, de ropa, de pelados, de aspiraciones. He hecho cosas que dije que jamás haría. Y lo más grave: he sentido cosas que pensé que jamás sentiría. Si el Antonio que fui me viera ahora disfrutando de algunas canciones que oigo o leyendo algunos párrafos de los que escribo, seguro que se echaría las manos a la cabeza.

Pero es lo que hay. Cambiar de opinión es parte de la vida porque la vida es cambio. Un camino inesperado. Y una cosa que aprendí pronto es empezar a escuchar a los demás y dejar de escucharnos tanto a nosotros mismos.

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