'Crónicas perplejas': "Escaparse de la realidad de vez en cuando es más que una posibilidad, es una humana obligación"
Habla Antonio Agredano de series de televisión
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Yo ya tengo una edad en la que no veo series, sino que son las series las que me ven a mí. Me siento en el sofá, elijo cualquier cosa que esté de moda, y a los diez minutos un finísimo hilo de babilla me cae por la comisura de los labios hasta el cojín.
Ni los dragones, ni las persecuciones, ni las naves espaciales, ni los dramas de época… nada logra vencer ese cansancio arrastrado durante todo el día. Cuando abro los ojos no sé dónde estoy, ni quien soy, ni quienes son los que salen en la pantalla, ni qué serie me había puesto antes de caer fulminado en el salón, ni qué sentido tiene la existencia humana.
Qué mala es la edad. Yo que me vi Lost entero, pirateado, bajándome los subtítulos de internet. Yo que coleccioné el álbum de cromos de V, y lo completé. Yo que quise ser periodista por la serie Periodistas, que también se quebraron la cabeza con el nombre. Y quise ser policía por Canción Triste de Hill Street. Y quise ser detective por Luz de Luna. Y la primera vez que me monté en una bicicleta empecé a silbar la melodía de Verano Azul.
Ahora mi televisión la ocupan casi siempre los dibujitos animados. He visto más capítulos de Bluey que de Juego de Tronos. Mis hijos tratan de enseñarme el nombre de los perros, de los conejos o de cualquier bicho de colorines que pasa por la pantalla.
Todo tiene su tiempo. Me duermo pronto, me levanto temprano. Pero también esto pasará. Y volveré a encontrarme con las noches frente al televisor. Porque estamos hechos de historias. Porque somos capaces de soñar despiertos. Porque escaparse de la realidad de vez en cuando es más que una posibilidad, es una humana obligación