'Crónicas perplejas': "Me pregunto si algún animal fantasea con vivir, al menos un día, como un ser humano"
Habla Antonio Agredano de animales
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En esta sección de 'Herrera en COPE', Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus 'Crónicas perplejas'.
Me fascina el tesón de las hormigas. Cómo arrastran, entre varias, cualquier resto de comida, hacia sus refugios. También admiro el vuelo certero de las águilas. O el nado pausado de las ballenas. O la belleza de algunas ranas, tan brillantes, tan coloridas y agitadas. Observo con cariño a los monos y sus movimientos familiares. Y qué decir de la lealtad de los perros. O de la hermosísima independencia de los gatos.
Pero, de todos los animales que recorren este planeta, ninguno me abruma más que el ser humano. Ese bicho con poco pelo, invasivo y contradictorio. Que no para de moverse, aunque no siempre sabe a dónde va. Que todo lo ocupa, que todo lo toca, que todo lo mancha. Infatigable en su curiosidad.
Siendo pequeños, somos enormes. Siendo enormes, a veces nos sentimos minúsculos. Es fascinante la vida. Llena de idas y venidas. De éxitos y miserias. De soledad y de esfuerzos colectivos.
Me pregunto si algún animal fantasea con vivir, al menos un día, como un ser humano. Si querría vivir en su piel, esta locura que es la razón. Ser consciente de lo diminuta que es la existencia. Convivir con la muerte. No tener respuestas. Observar el universo con vértigo.
Quizá las hormigas hacen lo que hacen porque no piensan en si merece la pena su labor. O las águilas vuelan porque no saben hacer otra cosa. Y las ranas de colores no son conscientes de su vistosidad. Quizá solo el ser humano es conocedor de su propia levedad y de que, para avanzar, hay una infinidad de caminos.
Quizá solo el ser humano sabe lo que es la libertad. Y quien sabe, a lo mejor, la libertad es el verdadero sentido de la vida.