'Crónicas perplejas': “A veces, hemos hecho más por nosotros y por el mundo de lo que creemos”

Para despedir el año 2023, habla Antonio Agredano de los propósitos que nos marcamos cada Año Nuevo y de los que realmente conseguimos

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Los propósitos cumplidos de Antonio Agredano en el año al que decimos adiós

Antonio Agredano

Publicado el - Actualizado

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En esta sección de ‘Herrera en COPE’, Antonio Agredano mezcla lo “cotidiano y exótico” con una particular visión de las cosas de la vida capaz de equiparar con lo más sorprendente en sus "Crónicas perplejas".

Este año he engordado. He dejado de correr con cierta regularidad. No me saqué el carnet de moto. Ni me apunté a la academia de inglés, aunque fui hasta a preguntar los precios. Este año seguí acumulando libros que ni siquiera he abierto. No he empezado a escribir la novela que tengo en la cabeza. Este año tampoco me animé a cocinar una musaka, aunque tengo una receta impresa en la puerta de la nevera desde hace meses. Ni rompí mis prejuicios con el vino blanco, al que sigo evitando en la medida de lo posible. Este año no hice limpieza de armarios. Ni he llevado a mis hijos a Londres a ver a su tía abuela Conchi, que vive allí. Y no sé cuándo voy a aprender, por fin, a bailar sevillanas.

Pero este año hice cosas. Cosas que no se ven si me miro al espejo. Cosas que no reducen la talla del pantalón. Cosas que son difíciles de compartir en Instagram. Este año fui responsable afectivamente. Tomé decisiones duras, pero necesarias. Este año fui un compañero leal. Este año trabajé desde muy temprano hasta muy tarde. Este año no inventé excusas. Entregué lo que me pidieron en el plazo acordado. No dejé que mis hijos hicieran lo que les diera la gana, porque creo que la educación es una frontera que elevamos con ternura.

Este año estuve al lado de quien me necesitó. Este año no pedí nada a cambio de mis afectos. Me fui sin hacer ruido de los sitios donde no me querían. Me quedé, sin hacer ruido, en los sitios en los que me quisieron. Este año, pese a todo, crecí. Crecí íntimamente. Porque quizá no somos los árboles más altos del bosque, pero dentro de la tierra se anclan profundas y llenas de fuerza y de nudos nuestras raíces.

A veces los propósitos son invisibles. A veces, y les pido que miren atrás y lo comprueben, hemos hecho más por nosotros y por el mundo de lo que creemos. Así que siéntanse orgullosos. Brinden con alegría estos días. Y enhorabuena por su 2023. Gracias por su generosidad, por su cariño a los demás, por su esfuerzo y por sus promesas cumplidas.

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