El hombre más rico de España se pulió toda su fortuna con sus "piojos del duque" en Rusia: en tiempos de Isabel II

La historia de las grandes fortunas perdidas siempre ha ejercido una fascinación especial. Entre ellas, destaca la figura de Mariano Téllez-Girón, el duque de Osuna, quien llegó a ser considerado el hombre más rico de España durante el reinado de Isabel II. Sin embargo, sus excesos y extravagancias le llevaron a dilapidar su inmensa herencia, dejando tras de sí un legado tan impresionante como trágico.

La historiadora Ana Velasco, en una reciente conversación con Alberto Herrera en el programa de Herrera en COPE, ha rescatado del olvido la increíble historia de este aristócrata que, en su época, amasó una fortuna colosal gracias a sus vastas propiedades y alianzas familiares. No obstante, lo que más llama la atención no es cómo acumuló su riqueza, sino cómo la perdió.

Mariano Téllez-Girón fue embajador de España en Rusia, una posición que le otorgaba prestigio y poder, pero también lo sumergió en un estilo de vida de ostentación sin límites. Fiestas suntuosas, banquetes interminables y un séquito de asistentes, conocidos popularmente como los "piojos del duque", por su dependencia económica de su benefactor, fueron minando poco a poco su patrimonio.

El término "piojos del duque" no tardó en popularizarse, aludiendo a esas personas que vivían a costa del aristócrata mientras él derrochaba sin freno. En San Petersburgo, las crónicas cuentan que Mariano organizaba eventos tan fastuosos que hasta la nobleza rusa quedaba sorprendida, consolidando su reputación de hombre extravagante y generoso.

El hombre más rico de España

Pero esta generosidad, más allá de un gesto de poder, escondía una falta de control financiero que pronto se convirtió en su perdición. Las deudas se acumularon y las propiedades empezaron a venderse una tras otra. La que fuera la mayor fortuna de España terminó desapareciendo entre los lujos desmedidos y la mala gestión.

Ana Velasco recuerda cómo el declive de Téllez-Girón refleja una constante histórica: la facilidad con la que se puede perder un patrimonio gigantesco si no hay una administración sensata. Un paralelismo que, como apuntó Alberto Herrera, también se puede observar en otras figuras, como el narcotraficante Pablo Escobar, quien llegó a quemar dinero para calentarse.

El caso del duque de Osuna es un recordatorio de que, aunque las fortunas parezcan inagotables, sin prudencia y visión a largo plazo, pueden desvanecerse rápidamente. El brillo de sus fiestas en Rusia quedó en el recuerdo, pero su nombre sigue siendo sinónimo de una riqueza malgastada.

La figura de Mariano Téllez-Girón, el hombre más rico de España que dilapidó su fortuna entre los lujos de la corte rusa y las extravagancias de sus "piojos del duque", sigue siendo una advertencia histórica sobre los peligros de la opulencia sin control. Un relato que nos recuerda que, incluso las mayores riquezas, pueden desvanecerse como el humo si no se administran con sabiduría.