¿Por qué se tardó tanto en detener a Josu Ternera cuando se le tuvo localizado años atrás?

Javier Negre dedica su 'Informe Negre' a la exitosa detención por parte de la Guardia Civil del histórico y sanguinario etarra Josu Ternera.

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Informe Negre, con Javier Negre (20/05/2019)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Fue el pasado jueves a las 7 y 14 de la mañana. Josu Ternera, en busca y captura desde el año 2002, se encontraba en los aledaños del moderno hospital de la localidad francesa de Sallanches con visibles gestos de dolor, una gorra, gafas y una muleta. Nada que ver con la figura atlética de ese etarra desafiante que llegó a presidir la comisión de derechos humanos del Parlamento Vasco. Había llegado allí en un coche que conducía otro hombre. Una guardia civil, de 23 años, cabello rubio y especialista en reconocimiento facial le identificó tras dos horas de guardia como hemos desvelado en El Mundo. Se acercó al etarra con una muleta que llevaba una cámara incorporada. Le agarró del brazo con una mano después de asegurarse que tenía su pistola. "Es él, lo tenemos", dijo al resto de agentes que conformaban un operativo a través de unos auriculares con micro. La agente tenía 6 años en el momento en el que Ternera se escapó hace 17 años. Ternera se quedó petrificado. Ni siquiera se resistió ni negó ser quién era. Rápidamente el resto de guardias civiles y miembros de los servicios de inteligencia franceses que participaron en la operación se acercaron a ayudar a su compañera. Todos se abrazaron y lloraron. Habían cazado al terrorista más buscado. El asesino fue llevado directamente a una comisaria gala y, después, ante un juez que decretó su ingreso en prisión. Y ahí sí quiso hacerse pasar por Bruno Martí, escritor de Venezuela donde recuerdo que siguen viviendo en libertad 20 etarras con órdenes de busca. 

Los agentes le seguían el rastro en esta zona desde hace 15 dias cuando una pista en forma de llamada telefónica les llevó a montar un operativo en aquella zona. Los agentes que le perseguían eran conscientes de que el terrorista no tenía trato directo ni con su mujer ni con sus tres hijos y, por ello, habían estrechado la vigilancia sobre la pequeña red de contactos indirectos que le apoyaban. Un pinchazo telefónico a uno de sus contactos permitió tener la sospecha de que Ternera podía tener una cita médica en un hospital el pasado jueves y los agentes se desplegaron en todos los centros médicos de la zona. Todos simulando estar lesionados. Unos con el brazo en cabestrillo, otros con muletas. Toda una obra teatral para cazar al malo. Para culminar la operación 'Infancia robada' en homenaje a las dos Silvias, a Miriam, Esther, Rocío y Ángel, los seis niños a los que Josu Ternera arrebató la infancia ordenando aquel cruel atentado en la casa cuartel de Zaragoza en aquella fría mañana de 1987. 

En el momento de la detención, Ternera vivía a 11 kilometros de donde fue arrestado. Concretamente en un caserío con vistas al Montblanc con techo de hojalata en Saint Nicolas de Veroce, un lugar idílico de la Alta Saboya francesa a pie de las pistas de esquí. Solía salir a caminar y no hacía vida con el resto de personas del pueblo.

¿Por qué se ha tardado tanto en detenerle? Aquí entramos en un arenas movedizas porque sin desmerecer la operación de la Guardia Civil, sí es cierto que su detención pudo haber llegado mucho antes. Hay que recordar que él se da a la fuga cuando es citado a declarar ante el Supremo en 2002 por su implicación en el atentado de Zaragoza. En esta ocasión, a Ternera le incriminaba un informe de 1.300 folios elaborado por la Guardia Civil y no quiso esperar al resultado. Desapareció del mapa.

Estas 'desapariciones' pudieron ser debidas a varios chivatazos. El primero fue en mayo de 2011 cuando el etarra, que se refugiaba junto a su hijo y su mujer en la localidad francesa de Sant Gervais, recibió una llamada desde una cabina en Kenia que le alertó de que iban a detenerle allí un día después. Según ha publicado Cerdán, la la llamada fue realizada por un espía de nuestros servicios de inteligencia adscrito a nuestra embajada en Kenia. Incluso la juez francesa Le Vert responsabilizó al CNI del chivatazo. El contexto en el que se produjo ese soplo hizo sospechar aún más que se produjo por parte de los servicios de inteligencia españoles pues la izquierda abertzale mantenía contactos con el Gobierno en los que informaba de los pasos que iba a dar a cambio de su legalización y ETA acababa de declarar un alto al fuego general. Los socialistas temían que cualquier paso en falso podría provocar una vuelta a las armas. 

El segundo chivatazo llegó en julio de 2013 cuando residía en un pueblecito francés del Valle de Arán y donde se hizo pasar por profesor de Historia. Un soplo le permitió abandonar su casa de madrugada en pijama. Se olvidó medicamentos contra la ansiedad y viagras. El último soplo llegó en junio de 2015 cuando pudo sortear un cerco policial en el que sí cayó su hijo.

Josu Ternera ha estado la mayoría de todos estos años en suelo francés, casi siempre en la zona cerca a las fronteras de Suiza e Italia desde donde se desplazaba a Ginebra a negociar el fin de la banda con el socialista Jesús Eguiguren que ahora lamentablemente le considera un héroe. Medios como EL MUNDO y Época hemos localizado a Josu Ternera cerca de Milan e incluso se han publicado fotografías. También se le tuvo localizado en Suiza, Bélgica, Noruega, Gales, en Escocia o en una clínica en Dusseldorf (Alemania) donde se trató su cáncer. Incluso José Alcaraz, que perdió a dos sobrinas y a un hermano en el terrible atentado de Zaragoza, le localizó en Grenoble (Francia) y que por culpa de determinadas directrices políticas no fue detenido.

Tras su detención la pasada semana, sorprende el hecho de que se haya producido durante una campaña electoral y después del funeral de Rubalcaba donde se ha vuelto a hacer creer que el PSOE derrotó a ETA cuando la realidad es que la banda terrorista fue derrotada por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

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