Luis del Val: "El nuevo brote de maniqueísmo ha surgido ahora de las corrientes feministas de izquierda"
"El maniqueísmo está al alcance de un niño, aunque no sepa lo que es, y es muy útil para personas con dificultad de razonamiento" dice el profesor
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En aquellos cines de sesión continua, cuando entrabas y ya había empezado la película del Oeste, siempre le preguntabas al chico de al lado quién era el bueno. Una vez localizado el bueno, ya podías disfrutar, deseando que al bueno le pasaran cosas buenas y al malo cosas malas.
El maniqueísmo está al alcance de un niño, aunque no sepa lo que es, y es muy útil para personas con dificultad de razonamiento o escasa inteligencia. El nuevo brote de maniqueísmo ha surgido ahora de las corrientes feministas de izquierda, que ya han decretado que el feminismo lo inventó la izquierda, no la corriente liberal, y que no se puede ser mujer, feminista y de derechas. Imposible. Y si hay alguna mujer que se atreva a decir que es feminista, y no es de izquierdas, es una impostora de la que conviene huir.
Debe ser el contagio del coronavirus nacionalista -el maniqueísmo en sus cotas de excelencia- donde el que no es nacionalista es bajo, feo y tonto, mientas el nacionalista es listo, alto, rubio y de ojos azules. Y, si haces algo mal, le echas la culpa a los que no son nacionalistas. Si tienes a dos seres humanos, enterrados bajo una montaña de basura, y eres incapaz de sacarlos, y los dejas allí como si fueran perros vagabundos, y eres el que mandas en el gobierno autonómico, la culpa es de no tener todavía la independencia plena, nunca del nacionalista torpe e incapaz. Y si una feminista de pro, con responsabilidades de ministra, redacta un texto lleno de errores, quienes lo critican no son gente razonable e inteligente, sino asquerosos machistas, porque una feminista o un nacionalista es, intrínsecamente, una persona inteligente, bondadosa y perseguida. ¿Perseguida y ministra? Podrá preguntarse alguien. ¡Chisssst! Cuidado con esas observaciones, que le acusarán de machista. Mi paisano Federico Jimenez Losantos, que tiene una gran facilidad para el retruécano, anteayer en un artículo de El Mundo, rebautizó el ministerio de Igualdad como ministerio de Igual da, sin la “d” final, o sea ministerio de Igual da, o Da igual. Da igual cómo se redacte un proyecto de ley, porque lo importante es saber quienes son los buenos y quienes son los malos; da igual no haber mostrado ni un recuerdo misericordioso, ni un signo de piedad hacia las pobres familias, que aguardan a ver qué día o qué año recuperan los cuerpos de Zaldíbar; da igual si Cataluña, gracias al gobierno de los nacionalistas, es la comunidad con los impuestos más altos y con una deuda que supera los 70.000 millones de euros. Da igual, porque en esta película de la vida española lo importante es saber quienes son los buenos y quienes son los malos. Y no caer en la perniciosa manía de discurrir. Pasado mañana, las feministas del PSOE, que saben que son autoproclamada feministas pata negra, desfilarán con el orgullo y la tranquilidad que proporciona el maniqueísmo, con el sosiego y la satisfacción de saber que ellas están en lo cierto y las demás, pobrecitas, en el campo equivocado.