Supera una leucemia con once años y el mensaje que lanza en televisión sobrecoge a Ion Aramendi y Jorge Javier Vázquez: la lección que da tras la enfermedad

Yo no sé cómo eran Vds de chicos, de pequeños, pero servidora era insoportable. No le pongamos otro nombre. Insufrible. Con once años parecía que tenía treinta y siete, era irresponsable, simple y tenía unas cejas donde se me podía posar un búho y quedarse dormido. 

Dani tiene ahora once años, pero habría que llamarle Don Daniel. Don Dani estuvo la otra noche en la tele, en Tele 5. Apareció el año pasado en un calendario solidario y ahí, sigue el hombre, tratando de procesar el reto tan difícil que la vida le puso delante. Porque Dani padeció leucemia. Y además de mantenerse lo más alegre posible, siguió estudiando mientras recibía tratamiento.

Porque Dani estudiaba todo lo que podía. Porque Don Daniel es tan sumamente enorme, grande, que nunca se relajó en la única obligación que tiene y tenía durante la enfermedad, que era sacar buenas notas.

Sus padres, Elsa y Carlos, también han aprendido mucho de Dani. Por ejemplo, a rendirse en algunos momentos, a no disimular la desesperación, a contemplar el desasosiego como parte del proceso. Todo eso han aprendido de Don Daniel, al que la vida le tiene que devolver mucha diversión, mucha alegría y mucha vaguería.

Desde el sitio de los repetidores del mundo, de aquellos que suspendimos siete un verano, deseamos a Dani, a Don Daniel, mucho tiempo para no hacer absolutamente nada más que ser un niño.

Estás aprobado para siempre, Dani.

La decisión que tomó Francisca hace años y que, tras su diagnóstico de Alzheimer, le une más que nunca con su nieto: "Le pidió..."

María José Navarro siempre nos traslada grandes historias en 'Herrera en COPE'. Es el caso de Dani, que la conocíamos este martes, y también cabe recordar lo que le sucedía a Francisca y su nieto, Juan López.

Juan es un joven psicólogo. Se graduó este verano, pero parece que se hubiera sacado la carrera antes por su manera de afrontar los problemas.

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La decisión que tomó Francisca hace años y que, tras su diagnóstico de Alzheimer, le une más que nunca con su nieto: "Le pidió..."

La historia de hoy es un ejercicio de paciencia y cariño extraordinario. Juan está sentado y a su lado está una mujer en camisón, tomando unas galletas mojadas en un café. Está todavía recién levantada y Juan le está arreglando el pelito. Se llama Francisca, acaba de cumplir 90 años. Es su abuela. Y tiene Alzheimer.

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Francisca guarda en su habitación un marco con 3 fotos. “Mi Juan nieto”. Le pidió a su nieto, hace algunos años, que le escribiera su nombre en la madera, como para no olvidarse, como para que, pasara lo que pasara, no se le fuera de la cabeza.

Aunque la memoria se borre, el amor no se va. Ni las risas.

Ay, Juan. Qué buen nieto deja esa abuela. Como para olvidarte…