La excusa de un alumno al no entregar la tarea que dejó “patidifuso” al profesor: “Cada vez que me siento...”
Los fósforos de Herrera en COPE cuentan esas mentiras que alguna vez han dicho o les han dicho para no ir a trabajar o no hacer los deberes de clase
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Llegar tarde, dolor de cabeza después de una noche de fiesta, el niño enfermo, el perro... son algunas de las palabras que más se escuchan a la hora de dar una excusa cuando o bien estamos en una situación comprometida, o queremos librarnos de algo que no nos apetece o no queremos hacer.
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Excusas hay por doquier, de todos los tipos y para todos los ámbitos: el trabajo, el colegio, compromisos familiares o laborales... Esas 'pequeñas' mentiras que muchos utilizan, en algunas ocasiones, superan lo estrambótico porque llegan a 'matar' a familiares o amigos
Sin duda alguna las más originales, divertidas y graciaosas son las que dan los alumnos a sus profesores, sobre todo, cuando no han hecho los deberes. Y gracias a esas mentiras sabemos que los perros son los fieles amigos y compañeros de los niños, bueno y las mascotas en general.
Un tema este de las excusas que no deja inidferente a nadie y que los 'fósforos' de 'Herrera en COPE' han querido compartir con los oyentes porque no las oilvidan.
Autolesionarse para no trabajar
Lo de María no es una excusa, más bien es –como ella misma dice- una “autolesión” para no tener que trabajar. Cuenta María que cuando ella trabaja de camarera, las veces que no le apetecía trabajar “cuando iba por la calle, en la esquina justo antes del restaurante me echaba jabón, lavavajillas, en el ojo”. De manera que cuando esta oyente llegaba a su puesto de trabajo y veían que tenía el ojo rojo le decían “eso es conjuntivitis y es contagioso, vete a casa”.
Y así María disfrutaba de “dos días en casa, libre y relajada” nos dice.
El alumno que tenía un problema cada vez que se sentaba a hacer los deberes
Las de los alumnos son las excusas con mayúsculas, las hay de todo tipo: ingeniosas, imaginativas, creativas, divertidas, esperpénticas… Y no sería raro pensar en que algunos de nosotros hemos puesto alguna excusa a nuestro profesor para no entregar la tarea, no hacer un examen o no ir a clase.
José es un profesor jubilado que recuerda “dos experiencias” al principio de su carrera que, confiesa a Carlos Herrera: “Me dejaron patidifuso”. La primera de ellas, relata este fósforo es de las más conocidas entre los estudiantes y la más utilizada: “una vez que pedí la tarea que había mandado para hacer en casa, un alumno me dijo que no la pudo hacer porque su perro se había comido el libro”.
Pero “la más increíble” relata este profesor es la excusa que me puso otro alumno cuando le pedí los deberes, “me dijo que cada vez que se sentaba a hacer la tarea se iba la luz, y cuando se levantaba volvía”.
El panadero que mató a su madre para no ir a trabajar
Sole nos habla de su hermano que falleció muy joven y era panadero aunque “no le gustaba nada”. Cuando estaba todos en casa “un día nos dijo que no tenía que ir a trabajar” y a nadie le pareció raro ni nada. Pero, de repente, llaman al teléfono preguntando por “Miguel Ángel Fraile” y la madre de Sole responde que no está en casa y pregunta quién llama. Al otro lado del teléfono le dice que es su jefe y ella responde que es la madre de Miguel Ángel para sorpresa del jefe que le cuenta “que le había dicho que su madre había fallecido”.
Cuando el hermano de Sole lleó a casa y su madre le contó lo que había pasad, le dijo que “su jefe se lo había inventado”.
Un cólico nefrítico
Nos habla Blanca de su marido que tenía una empresa de madera y “de empleado un señor mayor que él”. Pues bien, cuando este empleado llegaba tarde “le decía a mi marido que había tenido un cólico nefrítico y le enseñaba la ‘piedra’ que había echado”.
Pero cuando el marido de Blanca veía esa ‘piedra’ sorprendido le preguntaba “¿esa piedra has echado?” porque cogía pedruscos de la calle, nos desvela esta oyente.