En 'Herrera en COPE'

"El 155 se aplicó en Cataluña por la cobardía de Puigdemont, ¿pretende ganar las elecciones? "

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Herrera a las 8, miércoles 20 de diciembre de 2017

Pilar Abad

Publicado el - Actualizado

5 min lectura

‘’Señoras, señores, buenos días, me alegro

No solo es la víspera del invierno, es la víspera de las elecciones de Cataluña. 24 horas para reflexionar, una vez acabada la campaña, sobre el futuro de Cataluña y España, es el día en que nos tenemos que hacer mayores y reflexionar seriamente acerca de lo que ha ocurrido, de lo que nos ha traído hasta aquí, que en realidad nos afecta a todos, no es un problema solo de los catalanes, ni siquiera. Y ni aunque siquiera fuera así, deberíamos dejar de pensar, de reflexionar qué nos ha traído hasta aquí y qué puede pasar mañana.

Hay dos bloques, más o menos igualados, una ligera ventaja del independentismo tal vez, no lo sé, es una gran duda, hay mucho indeciso, que más que indeciso es callado, no es que no sepa lo que van votar yo creo que no lo cuentan, pero sepan ustedes que nos enfrentamos a varios cosas:

Primero, a una escenario en el que si los independentistas pierden, claramente van a cuestionar la legitimidad del proceso y desde luego van a inventarse todo tipo de irregularidades. Lo cuenta ‘El Mundo’ en su portada, Esquerra ha dado instrucciones a sus apoderados para generar dudas en el recuento, para intentar meter baza en su favor. Hombre si la mesa no se aclara con el recuento podemos hacer sugerencias para que cuadren los resultados ¿no?

Per, independientemente de ello, es el día para reflexionar seriamente acerca del fracaso del independentismo y del bloque independentista o soberanista o llámenlo como ustedes quieran. ¿Dónde está la independencia que iban a traer? ¿Dónde está la República que iban a proclamar? ¿Dónde está el apoyo internacional que según ellos dijeron que iban a tener clamoroso en el mundo entero?

Sin embargo, lo que sí han conseguido es evidente y se puede constatar. Que se hayan fugado las empresas, que sus dirigentes estén en la cárcel, o huidos a Bruselas dando de comer a las palomas, que hayan crecido barreras emocionales entre ciudadanos de Cataluña y resto de ciudadanos españoles, que haya crecido la desconfianza, que se haya instalado un recelo que ciertamente atormenta a cualquiera y han conseguido además tomar el pelo a sus votantes. Eso es lo que ha conseguido el independentismo. Díganme si eso no es un fracaso, un fracaso en toda la extensión de la palabra.

El 155, artículo que preveía la Constitución y que se aplicó en Cataluña, se aplicó además por cobardía de Puigdemont, el hombre que alimenta las palomas. Porque Puigdemont no se atrevió a convocar unas elecciones sabiendo después de la mediación del señor Urkullu, etc, etc… que era el camino para no aplicarlo y continuar siendo el presidente de la Generalidad con unas elecciones convocadas para cuando fuera. ¿Por qué? Porque no se atrevió como buen cobarde a enfrentarse a sus radicales y porque no supo estar a la altura de las circunstancias. ¿Y este tipo es el que pretende ganar unas elecciones en Cataluña? Y pretende, sabiendo que su futuro está en la cárcel en cuanto pise suelo español, presidir un Gobierno de la Generalidad?

¿Por qué es importante el cambio? ¿Y por qué es importante atreverse a salir de casa, a votar? Por el cambio real en Cataluña, para acabar con la radicalización, esta radicalización ridícula, infantil, del nacionalismo catalán que ha convertido en estéril, en absurdo, el panorama político en Cataluña, que ha levantado los impuestos 5 puntos por encima del resto de comunidades como Madrid, por ejemplo. Por eso es importante el cambio.

Otra cosa es que esta campaña, que ha sido emotiva, llena de mensajes simples, a veces esperpéntica, vaya a ser una campaña que vaya a cambiar algún tipo de voto. Seguramente aquí de lo que se trata es de movilizarse medio millón de personas que se queda en casa cuando llegan las elecciones autonómicas. Y una vez movilizadas, y una vez votado, saber que hay que estar a la altura de las circunstancias, que no es momento de vetos, es decir, no es momento de desentenderse. Hay que acabar con el chantaje nacionalistas, entendiendo además que por mucho que ganen las elecciones no van a poder hacer lo mismo que hicieron, eso se acabó.

Pero sí nos tenemos que preguntar seriamente qué queremos, y preguntárselo el votante catalán ¿qué quiere, que se vayan todos? ¿Quieren de verdad un escenario en Cataluña en el que no haya seguridad jurídica? ¿De verdad quieren un Gobierno con líderes en la cárcel o fugados en los parques de Bruselas? ¿De verdad quieren el desprestigio de Cataluña? Casi me apresuro a decir ¿quieren la decadencia de Cataluña? Es decir, que en Cataluña vaya aumentando el paro mientras despegan, incluso a costa de la economía catalana si es necesario, otras regiones como la Comunidad Valenciana o Aragón. ¿Alguien cree de verdad que conviene volver otra vez a la unilateralidad? ¿Al quiebro el marco legal? ¿A apostar por revoluciones absolutamente trasnochadas?

Hay varias reflexiones este miércoles en los medios de comunicación interesantes. Hay una muy común y es que gane quien gane nada volverá a ser como antes, desde luego en lo malo, pero puede que también en lo bueno.  Hay que salir de casa, hay que votar y una vez votado hay que entenderse, establecer un puente que aunque parezca imposible siempre hay ingenieros que lo saben construir.

De ustedes, que me están escuchando, depende no quedar varados en el marasmo.

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