MONÓLOGO HERRERA EN COPE
Barbosa: "El Rey defendió el balance de los últimos 40 años y la vigencia de la Constitución del 78"
Ya puedes escuchar el monólogo de Sergio Barbosa en Herrera en COPE de este lunes 26 de diciembre de 2022
Madrid - Publicado el - Actualizado
10 min lectura
¿Qué tal, buenos días? Saludos de Sergio Barbosa en nombre de la gente que hace posible Herrera en COPE en este lunes 26 de diciembre de 2022. Hoy es San Esteban, pero, vamos... que podría haber sido también santa croqueta o san canelón.
Hoy, los que son más cocinillas, abren la nevera y se encuentran los restos del naufragio ¿Y ahora qué hago yo para no tirar esta comida que ha sobrado, sin que parezca que llevo tres días comiendo lo mismo?
Bueno, pues para eso inventaron las croquetas o los canelones, muy típicos hoy en Cataluña donde es festivo todos los años, para castigo de los estómagos más delicados.
Porque es que allí se juntan tres comidas familiares de primerísimo orden: la cena de Nochebuena, la comida de Navidad... y, de propina, la comida de San Esteban.
Hoy también es un día para acordarnos de Baleares, donde también se celebra San Esteban con intensidad, así como algunos pueblos de Navarra, de Valencia o de Burgos.
El caso es que, como esta Navidad ha caído el domingo, pues son mayoría las autonomías que pasan la festividad a este lunes de manera que, con o sin Canelones hoy van poder disfrutar un bonito día de San Esteban con la familia.
También es verdad que algunos dirán, 'vamos a ver si después de haber evitado el tema político en la cena de Nochebuena o en la comida de Navidad al final, con esto de que hoy también nos volvemos a vee, no la tenemos al final con el cuñado o con el suegro'.
POLVAREDA INSTITUCIONAL
Porque esta Navidad, ciertamente, nos ha llegado justo después de dos semanas de polvareda institucional, como se recordaba en mucho tiempo.
Y que PP y PSOE se lleven malamente, a eso... más o menos estamos acostumbrados. Pero lo que asustó a muchos es tener esa sensación de película de vampiros. Como cuando George Clooney y Quentin Tarantino entran en el garito de Abierto hasta el amanecer, y tú estás viendo a tu compadre de espaldas y le dices, t'en cuidado, no vaya a ser que te muerdan' y te vuelves tú también vampiro'.
Y tu compadre, que no contesta, hasta que, de repente, se gira y resulta que a él también le han salido ya los colmillos, porque resulta que ya le han mordido y ya se ha pasado al otro bando.
Pues tuvimos dos semanas que parecía que el PSOE (con todas las cosas que tiene el PSOE, que ya son bastantes...) parecía, no ya que le hubiera entrado la fiebre populista (que esa ya la tenía), sino que directamente le había mordido en el cuello los procesistas catalanes.
Porque lo dicho por el PSOE para criticar al Tribunal Constitucional era lo mismito que dijeron los indepes en octubre del 17, para vender la idea de que lo que apruebe un parlamento, aunque sea ilegal, tiene que estar por encima de la ley y los tribunales.
Y, ciertamente, ese cambio de enfoque en el PSOE fue muy inquietante. Porque ese partido que, en teoría, está llamado a ocupar el espacio de la socialdemocracia clásica en España ha demostrado en este mes de diciembre, más que nunca, que le ha pasado lo que Rubalcaba advirtió que le podía pasar. Que de tanto juntarse con amistades populistas, al final podía acabar él mismo siendo el primero de los populistas.
Y la verdad es que escuchar al PSOE arremeter contra el Tribunal Constitucional por haber frenado una reforma antijurídica, que el PSOE no debería haber presentado como presentó, la verdad es que nos dejó a todos los demócratas bastante mal cuerpo.
Algunos dicen que el PSOE montó todo ese jaleo de forzar el control del Tribunal Constitucional de forma antijurídica, para tapar las maldades que iba a aprobar el Día de la Lotería, como fue suprimir el delito de sedición y abaratar la malversación.
Pero es que lo de escuchar al principal partido de gobierno (y al propio gobierno) hablar como los golpistas catalanes, vendiendo la idea de que lo que decida una mayoría política en un parlamento tiene que estar por encima de lo que diga la ley o los tribunales que se dispongan a defender esa ley, eso ha sido tela marinera.
Eso ha servido para cortar la respiración a todos los que creen deverdad, y no de boquilla, en la democracia.
Por eso, no sabemos si habrá sido un cuento de Navidad o una pequeña tregua, pero, hombre, después del discurso del Rey, ni que sea durante unas horas, al PSOE se le ha visto más sosegado.
Decía Cristina Narbona como presidenta del PSOE, que los socialistas creen que el Rey acertó en su discurso de Navidad, en el que pidió sosiego, unidad y respeto por las instituciones para evitar su erosión.
Análisis en el que ha coincidido con el Partido Popular, que también considera que Felipe VI hizo un discurso pertinente, en un momento grave. En un momento en el que a la clase política española le han crujido las cuadernas de tanto abusar de la demagogia populista.
Por eso, si realmente se cree la valoración que hizo ayer del discurso del Rey, lo siguiente que debería hacer el PSOE de Pedro Sánchez es preguntarse, qué tipo de coherencia tiene su proyecto político. Si el PSOE está de acuerdo con lo dicho por el Rey mientras sus socios parlamentarios han descalificado completamente al monarca...
Bueno, lo más suave que han dicho es que el discurso ha sido un tostón. Eso es lo que han dicho los filoetarras de Bildu, que debe ser que ellos hacen discursos, vamos que los emparentan con Cicerón y con Demóstenes.
Y los de Podemos, insistiendo en que la monarquía no es legítima. Es decir, estos han cogido la perra de que aquí no hay nada legítimo, más allá de “ellos mismos” y de lo que ellos consideren soberanía popular y de esa perra no los sacas.
EL PSOE DEBE REFLEXIONAR
Debería el PSOE después de estas dos semanas de furia y excesos, después de que el Rey haya mandado “calmar” a unos y otros, reflexionar sobre a dónde le lleva el proyecto que está tejiendo para España.
Porque miren, es verdad que el discurso del Rey siempre habrá quien quiera escuchar o interpretar lo que el interese. No faltarán socialistas que digan que, cuando el Rey pide respeto por las instituciones, eso también puede aplicarse al PP que no acaba de facilitar al renovación del poder judicial.
Pero, ciertamente, el gobierno de Pedro Sánchez también tiene muchos motivos para sentirse retratado en diversos pasajes del discurso del Rey.
Porque ¿qué diablos hace el PSOE dando alas y haciendo concesiones a los que se quieren cargar esa Constitución?
Porque si es verdad que comparten el discurso del Rey, el Rey lo que hizo la noche del sábado fue defender el balance de los últimos 40 años y la vigencia de la Constitución del 78.
Pues habrá que preguntarse, de los partidos sistémicos cuál fue el primero en abrir la puerta al cuestionamiento del pacto de la Transición.
Y si el PSOE apoya el discurso del Rey, ¿qué hace el PSOE entregando el Código Penal a Oriol Junqueras si realmente estamos preocupados por la erosión de las instituciones?
¿Qué hace el gobierno colonizando todas las instituciones, queriendo rebajar mayorías para controlar tribunales, colocando a un fiel militante al frente del CIS… o jactándose el presidente del Gobierno de que él es quien controla a la fiscalía, colocando de Fiscal General a su propia ministra de Justicia, recién salida del cargo?
Es decir, ¿Narbona habló ayer con sinceridad o de boquilla, porque es lo que tocaba?
Pues en las próximas semanas saldremos de dudas, porque, desde luego, el Rey fue claro en su análisis. Hizo como el médico, que le cuenta paciente cuáles son sus dolencias. Y eso es lo que el Rey llamó “los tres riesgos para la democracia”:
-división: esa la traemos de fábrica
-deterioro de la convivencia: esa comenzó con el cuestionamiento de la Transición
-y erosión de las instituciones: Eso es lo que estamos ahora de pleno, tras una semana de excesos y polvareda populista.
Si estamos a favor del respeto a las leyes y las instituciones y si nos preocupa la erosión institucional, todos, incluida la oposición, deberá hacer una reflexión.
Pero aquí el que más sale señalado porque es el más ha cambiado de posición en los últimos años, y el que más líneas rojas ha cruzado en las últimas semanas es el PSOE, que es un partido sistémico para la democracia española.
Y no es casualidad que el discurso del Rey haya sido el más pegado a la actualidad, desde 2017, en pleno desafío soberanista.
Un discurso en el que Felipe VI demostró la preocupación de ver que se está realmente cuestionando el legado de los últimos 40 años y que algunos pueden haber olvidado cosas tan elementales como que una democracia “no se pueda dar por hecha”. Que una sociedad dividida no puede progresar o "lo que menos le ha gustado a los separatistas y a los populistas iliberales", que el destino de España lo debemos decidir todos juntos.
Hubo una idea importante que fue pedir que España siga la guía de la razón. La razón es lo contrario de la emoción, que es la gasolina del populismo, hacer que la gente sienta, en lugar de que piense.
Pues el Rey nos ha venido a pedir que pensemos más con la cabeza, y menos con las vísceras.
También llamó la atención que el Rey subrayara la importancia de la Unión Europea, como un pilar de nuestro futuro. Y es que, el proyecto comunitario es posiblemente lo que más nos diferencia de otros países hispanoamericanos que han tenido que afrontar la desgracia del virus populista.
La Unión Europea debería estar llamada a evitar los excesos que se puedan cometer en el pequeño polítiqueo de nuestro día a día, si no anda demasiado distraída con la guerra de Ucrania.
Que esa es otra, los hay sobre todo en el bando de la derecha más cafetera, que no les gustó que el Rey ligara los problemas económicos a la guerra de Ucrania que es lo que le gusta hacer a Moncloa: Dar a entender que todo es culpa de la guerra, y que ellos no han hecho nada por empeorarlo.
Pero también destacó don Felipe que “el menor gesto cotidiano como encender la luz, hacer la compra o llenar el depósito suponen un importante sacrificio para muchas familias". Y eso se aleja también de la complacencia con la que en los últimos días el gobierno ha hablado de la situación económica.
Miren, no fue un discurso como el del 2017, pero el Rey dejó dicho lo que tenía que dejar dicho a unos y otros, sin abandonar su neutralidad, que debe seguir siendo su principal patrimonio.
Porque por más que algunos quieran que el Rey salga ahí a hablar en los términos en los que hablaría un portavoz parlamentario, el Rey no está, ni debe estar para eso.
El Rey no es un Rey de parte, es un Rey de todos los españoles. incluso de aquellos que lo destetan a él o a la institución que representa.
El Rey no está para levantar la voz, o adoptar las formas de un portavoz parlamentario o un tertuliano.
El valor del Rey está en mantenerse, contra viento y marea, (aunque pueda parecer que ya no está de moda) en la centralidad politica, .porque el día que a un partido sistémico para la democracia lo muerdan los vampiros del populismo, el que quedará en evidencia será ese partido.
Porque el sentido común, la convivencia y el respeto a la ley nunca pasarán de moda. Ahora habrá que ver cúánto le dura a algunos la tregua navideña.