Herrera: "A ver si el ministro de Fomento despierta e intenta solucionar el conflicto del taxi"
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Señoras, señores, me alegro, ¡buenos días!
¿Qué tal están? Es miércoles. Es 23 de enero. Ya son las 8 de la mañana. ¡Qué tarde! ¡Qué tarde se hace para todo! ¡Qué tarde es para arreglar...! Bueno, nunca es tarde si la dicha es buena. Pero para arreglar un conflicto como el del taxi, que se está enconando. ¡Qué tarde es para encontrar al pequeño Julen! ¡Qué tarde es para aprobar el decreto del alquiler! Y este gobierno ni con los amigos que tiene. ¡Qué tarde es para recuperar, cuando se quiera recuperar, las competencias de política penitenciaria, que es una de las competencias Estado más importante, y que el gobierno de Pedro Sánchez utiliza... Bueno, como mercancía para apuntalar su permanencia en el poder, traspasándosela al gobierno del PNV, del País Vasco. Lo próximo me imagino que serán los presos. Y luego ya que hagan con los presos lo que ellos consideren oportuno. No sé.
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Pero verán, se complica la huelga de taxis -es lo primero que seguramente ustedes están pensando- en dos de las ciudades españolas más aquellas otras ciudades donde puede darse el efecto contagio. De darse. De darse. Es decir, algunos están poniendo en Zaragoza, en Valencia, en Sevilla, en Málaga, en Bilbao, en La Coruña, en Santa Cruz... Están poniendo las velas que tengan que ir poniendo para que la vida no se paralice. No tanto por el hecho de que los taxistas no quieran llevar a nadie a un lugar, sino por el hecho de que los taxistas impidan que alguien pueda moverse con libertad por una ciudad como han hecho en Barcelona y a Madrid.
En Barcelona, finalmente, como era de esperar, Torra ante los comportamientos violentos tipo CDR de grupos de taxistas, ha accedido a la reivindicación y ha llegado al compromiso de que alguien no pueda contratar un VTC, un Uber o un Cabifay, con menos de una hora de tiempo. Si ahora son las 8:02, usted podrá contratar un Cabifay para que la recoja a las 9:02, pero no para que le recoja a las 8:15.
Eso, en la práctica, es cargarse el sistema, con lo cual, incluso también VTC, han dicho que en cualquier momento abandonaran la ciudad de Barcelona. En Madrid siguen las negociaciones pero no están en ese punto. El Gobierno de la Comunidad de Madrid no les ha dado o no les ha propuesto eso y, por lo tanto, sigue. Es tercera jornada de huelga indefinida. Y el conflicto enquistado.
Y el problema, vuelvo a decírselo, no está tanto en que los taxistas no le quieran llevar a usted a donde usted quiera ir o tenga que ir. El problema está en que no le dején moverse. Es decir, que bloqueen el aeropuerto, que bloqueen una autopista, la A-2, que bloqueen el centro de la ciudad o no. En Barcelona lo han hecho, en Madrid no. En Madrid accesos. Y esa pregunta inmediata habría que hacérsela a quién esa conducta mantienen: ¿Qué esperan de las personas a las que no les han dejado coger un avión, que tenían que irse donde tuvieran que irse, y han visto que por un conflicto particular de un servicio con unas empresas, ellos han sido tomados como rehenes? ¿Creen que esos van a ser futuros usuarios felices del taxi? Aquellas personas que se han visto atrapadas en atascos imposibles, incluso en situaciones algo violentas, ¿creen que tienen derecho a decir...? ¿Oiga, yo qué le he hecho a usted? Yo, ciudadano, ¿a usted qué le he hecho?
Seguramente nada. La batalla de la opinión pública se pierde. Y aunque tú ganes la batalla de tu reivindicaciones laborales, cuidado con el público porque el público tiene donde elegir. Además, ahora mismo muchos de los que padecen en Madrid o en Barcelona estás huelgas ya no se acuerdan de lo que reivindican los taxistas. De lo que se acuerdan son de las coacciones. Y eso es perder una batalla. Por lo tanto, esto hay que reconducirlo. Y lo tiene que hacer el Gobierno. Y si este ministro de Fomento despierta de su siesta en lugar de dar la patada a seguir y traspasarle el problema a los demás, si se pone en su sitio y lo intenta, al menos al reconducirlo la agresividad no irá en aumento.
Hay que preguntarse, y deberán preguntárselo también algunos actores de este conflicto, por qué han crecido en apreciación popular las VTC, que es evidente deben someterse a unas condiciones reguladas como también le ocurre al taxi. Pero cuidado con limitar la competencia porque es evidente que hay tribunales que les pueden acabar dando la razón. La situación es absolutamente irracional. Irracional. Que de repente cientos, no sé si miles, cientos, muchos taxistas bloquean Fitur esta mañana, no es de recibo. Usted, taxista, puede no llevar a un tío a Fitur. Lo que no puede hacer es impedirle a alguien ir a Fitur por muy serias que sean sus reivindicaciones. Y eso... Bueno, es que no son todos... Son unos cuantos. Bueno, son muchos. Porque la batalla de la opinión pública está a punto de perderla.
En Totalán, en Málaga, siguen apareciendo complicaciones. La última ha sido un saliente en las paredes del tubo por el que tienen que bajar los mineros. Que ese tuvo ha habido que limarlo. Ha tenido que limar la pared, volver a colocar luego el tubo, y luego bajarán los mineros, con lo cual ya no hay plazos. No hay plazos porque, además, no quieren hacerlo y me parece razonable. Es que son situaciones imprevistas. Imprevisibles, además, también.
Y ayer Podemos le dio un aviso al Gobierno porque no le aprobó y, por lo tanto, le tumbó el decreto ley de alquiler con el que pretendía limitar el precio Podemos, cosa que no llevaba ese decreto. Podemos votó con Esquerra, PP, Ciudadanos y Bildu para que el Gobierno lleve al Congreso la tramitación de los Presupuestos. Podemos pedía que se limitaran los precios por decreto, pero el Gobierno aludió a dificultades técnicas, que son ciertas. Porque, oiga, el mercado tú no lo puedes condicionar desde el Gobierno poniendo los precios que debe tener límite algo tan libre como es el alquiler de la propia vivienda de uno, que puede valorarla en virtud de lo que quiera. Puede hacer una selección precisamente de su clientela a través del precio. Puede hacer muchas cosas. La intervención de ese tipo de conducta no es de recibo. Ahora, el Gobierno ha visto lo que es tener 84 diputados. Tú puedes hacer decretos leyes, pero luego los tienes que aprobar. Y, bueno, te pasa lo que te pasa.
Y en Andalucía, el Gobierno ya se estrena. El Gobierno andaluz con una reprobación de una consejera, la consejera de Igualdad que se llama Rocío Ruiz, por... Escribió un artículo, ayer ya se los contábamos. El artículo es absolutamente no solo desafortunado, es absurdo. Bueno, es más cosas, ¿no? En el que calificaba las procesiones de Semana Santa como desfiles de vanidad, el incienso perturbador, los crápulas que se visten de nazarenos... Como si los conociera todos. Como si esta tipa supiera lo que hay debajo de un antifaz de nazareno. Como si supiera el diálogo, el diálogo con la vida y con las cosas que sostiene y mantiene un nazareno.
Ahora ha dicho: “Si alguien se ha sentido ofendido, lo siento. Le pido disculpas”, que es una forma de no pedir disculpas. Si hay alguien tan raro que se ha ofendido... Pues oiga, pues vale, pues lo siento. No, no. Las disculpas, Rocío, querida, no se piden así. Se piden de verdad. El artículo era falsario, cursi, inculto, egoísta, insultante, supremacista. Y lo peor de todo, prejuicioso. Y ahora eres consejera de la Junta de Andalucía. Ya ves las cosas. Es que la hemeroteca siempre vuelve contra uno.