Argüello muestra su orgullo por los jóvenes durante las inundaciones de Valencia: "Estamos hecho para dar la vida unos por otros”

El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha ensalzado el papel de los jóvenes voluntarios, muchos de ellos procedentes de comunidades parroquiales, durante las tareas de reconstrucción y acompañamiento a las personas que se han visto afectadas por las inundaciones de Valencia y Castilla-La Mancha, que costó la vida a más de 200 personas y ha dejado a miles de familias en situación muy precaria.

En la entrevista en 'Herrera en COPE', el también arzobispo de Valladolid ha explicado que ha podido contactar con algunos de los jóvenes voluntarios que han podido participar desde la diócesis castellano-leonesa en estas tareas de limpieza, y compartían con Argüello su experiencia.

“Los propios jóvenes reconocen que más que la ayuda que han podido prestar, han experimentado algo nuevo, es decir se han sentido ayudados porque han experimentado que tomando una escoba, una pala, que dando tiempo, que dando vida por los demás resulta que han experimentado desde dentro una especie de aire fresco, de significado, de sentido de la vida”.

A juicio del presidente del episcopado español es importante que muchos jóvenes hayan podido comprobar que la sensación de “una vida plena” se haya podido alcanzar en esta experiencia traumática dándose a los demás, sin apelar a la tan recurrida “autorrealización, autonomía, independencia o desvinculación”.

Frente a ello, Luis Argüello considera que estos jóvenes voluntarios han descubierto que “nuestro ADN, nuestra contraseña secreta permite descubrir que el tesoro del corazón es caer en la cuenta de que somos don y que estamos hecho para dar la vida unos por otros”.

La crítica de Luis Argüello en la apertura de la Plenaria a los políticos por la gestón de la dana

En su discurso de apertura de la Asamblea Plenaria de los obispos celebrada la pasada semana, Luis Argüello cuestionaba la gestión de las administraciones públicas ante la catástrofe natural ocurrida en Valencia y en algunos puntos de Castilla-La Mancha que ha dejado miles de vidas rotas, muertos y desaparecidos. 

En su alocución, el presidente de la Conferencia Episcopal lamentaba que durante estas semanas de crisis en Valencia “hemos visto la rapiña y el populismo de la antipolítica”, pero reivindicaba que también ha vuelto a despertar “un alma común y fraterna, un deseo de compartir y ayudar, un don que no es comercio y un compromiso que no es voto. El Estado y el mercado necesitan del don para regenerarse y abandonar toda pretensión mesiánica”.