Diego Garrocho: "Quienes buscan interesadamente desestabilizar la confianza en un sistema imperfecto que funciona bien, son agentes disolventes de la democracia"

El profesor de Filosofía reflexiona acerca de la unión indestructible de la fe y de la democracia

Diego Garrocho
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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Pues en principio, cualquier persona podría pensar que no tienen nada que ver, ¿no? De hecho, el ascenso de las democracias liberales coincide con los procesos de secularización de las sociedades modernas. Sin embargo, no podría existir ninguna democracia sin fe en las instituciones que la encarnan. 

Pensemos en algunas de las principales instituciones democráticas, desde el poder judicial hasta los propios medios de comunicación. Si los ciudadanos estamos dispuestos a renunciar a ejercer la justicia por nuestra mano, si somos capaces de contener, por ejemplo, nuestro ánimo de venganza contra un vecino que nos araña el coche o contra un compañero de trabajo que nos acosa, es porque tenemos fe en un sistema razonablemente imparcial en el que confiamos para administrar justicia. 

Lo mismo ocurre con la prensa. Si estamos dispuestos a brindar nuestro tiempo, nuestra atención e incluso nuestro dinero a un medio de comunicación, es porque confiamos en que la información que nos proporciona es veraz. Utilizamos además esa información para ejercer nuestro derecho al voto, por ejemplo, o incluso si se trata de información económica, para invertir en una determinada empresa o en una industria concreta. Destruir la confianza en las instituciones es el camino más corto para hacer volar por los aires una democracia. 

Quienes ostentan magistraturas públicas pueden, desde luego, desprestigiarlas mediante un mal ejercicio. Por ejemplo, un juez prevaricador o un periodista a sueldo o fanatizado destruyen la necesaria fe en el poder judicial o en la prensa libre. 

Sin embargo, quienes buscan interesadamente desestabilizar la confianza en un sistema imperfecto que funciona razonablemente bien, también son agentes disolventes de la democracia. Cada vez que vean a alguien arremeter contra los jueces o contra los medios, pregúntense si esa opinión crítica tiene visos de ser más desinteresada y más imparcial que el fallo judicial que impugna o que la cabecera o el medio que intenta desprestigiar. 

Antes lo ha señalado Ángel, la justicia francesa ha ratificado la condena a Sarkozy. ¿Y sabes lo que ha dicho Sarkozy en Twitter?  Que es víctima de una conspiración judicial. Sí. Son todos iguales. ¿Cómo se dirá fachosfera el francés? Habría que verlo, ¿eh? Habría que verlo. 

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