Luis del Val: "Estamos ante un nuevo orden mundial y necesitamos una Europa unida y fuerte, con poder disuasorio"
El periodista analiza los movimientos en torno a la guerra de Ucrania y las posturas de la UE, Rusia y, más recientemente, Estados Unidos

Publicado el
2 min lectura
Tres años antes de que mi madre me trajera a este mundo, el mundo estaba en guerra, menos Estados Unidos que se mantenía al margen dudando si intervenir o no intervenir. La duda la disipó Japón atacando la base de Pearl Harbor. Al día siguiente, Estados Unidos declaró la guerra a Japón y entró en la segunda guerra mundial.
Unos años más tarde, durante los cinco días que duró el desembarco de Normandía, más de 50.000 soldados estadounidenses en su mayor parte murieron para salvar a Europa de Hitler. Porque ese fue el principio del fin. Y sí, vino la Guerra Fría, pero hemos vivido en Europa el más largo periodo de paz de su larga historia, 80 años, basados en las democracias europeas y estadounidenses y en el paraguas de la OTAN y la generosidad de Estados Unidos, que además de poner muchos muertos, ha puesto siempre bastante dinero.
Este orden mundial, en el que hemos vivido casi cuatro generaciones, está a punto de irse a hacer puñetas, hablando pronto y claro. El periodo más optimista tuvo lugar en 1989, cuando cayó el muro de Berlín y la guerra fría parecía que se iba a desflecar con la derrota evidente del comunismo.
Putin ha conseguido reanimar la guerra fría y además poner en marcha una guerra caliente sobre Europa con la invasión de Ucrania. Putin no es sensible ni a la piedad, ni a la misericordia, ni a la compasión, porque los asesinos que matan y ordenan matar son siempre fríos. Sólo son sensibles a la fuerza. Podemos cometer el error de concederle las conquistas como hizo Europa con Hitler y él seguirá invadiendo Polonia o cualquier otro país de Europa.
Naturalmente los lilas de la paz siguen con sus homilías, pero al asesino Putin le producen risa y complacencia. Estamos ante un nuevo orden mundial y necesitamos una Europa unida y fuerte. Y fuerte es poseer poder disuasorio. Lo que se decida a partir de ahora marcará nuestro destino, el de nuestros hijos y el de nuestros nietos. Y no es una hipótesis, se llama sencillamente realidad.