Ana del Valle se lleva un aplauso por ser ejemplo de coraje, lucha y supervivencia

A Ana del Valle

No había alimentos, ni leche. Era un momento complicado. Tanto, que su hermana perdió la vida. No pudo superar la fiebre. Pero Ana sí. Corría, lento, el año 1918, y tenía cinco años. Después llegó la guerra, que le trajo un marido herido y más hambre.

Siempre fue una mujer muy coqueta… y preciosa. Inquieta y luchadora, a los 80 años decidió aprender a leer y a escribir. En el año 2012 ingresó en la residencia Alcalá del Valle, en Cádiz. Pero el 9 pasado de marzo, la residencia informó a sus familiares de que se suspendían las visitas tras haberse detectado un caso de coronavirus en una de las trabajadoras. A los diez días, ya eran 20 los trabajadores contagiados. Y el día 20, Ana del Valle supo que también tenía el virus.

Fue una de esas ancianas a la que un grupo de bestias insultaron al llegar a la residencia de La Línea, donde tuvieron que ser trasladadas. A ella la ingresaron en la unidad de críticos, como habían sido muchos de los momentos de su larga vida.

Hasta que un día pidió un andador a una de las enfermeras. Y el tercer test dio negativo. Más de un siglo después de haber superado la fiebre, el tifus, la guerra, y con 106 años, esta abuela de Ronda acaba de superar también el coronavirus. Tiene demencia y quizá no sé dé cuenta de que el suyo es un ejemplo de coraje, de lucha y de supervivencia, que bien merece un aplauso.