Ángel Expósito, desde Nueva York: "Aquí es impresionante el drama de los homeless, la droga y la salud mental"
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Hemos encendido La Linterna, literalmente, tirados aquí en el aeropuerto JFK de Nueva York. Estamos ya de vuelta a Madrid tras otra de estas experiencias de viaje que nos hace ser unos privilegiados en este oficio.
Porque hemos aprendido mucho, como siempre, pero desde otro punto de vista. A ver si me explico. Normalmente estos boinas verdes de La Linterna vemos las cosas desde lo peor. Últimamente desde Venezuela, desde el Congo, desde Ucrania... Ahora hemos visto la jugada desde la capital del mundo. Y ¿Sabes qué? Con todos nuestros problemas, ¡qué suerte hemos tenido por nacer europeos y, más concretamente, españoles!.
1.- La Unión Europea, te lo puedo asegurar es el mejor sitio del mundo para todo. Para jubilarte, para ser mujer, para tener un hijo o para que te duelan las muelas. Por cultura, por Historia, por concepto de la Sociedad y por tantas cosas. Yo no me cambio.
2.- La Economía es mundial y está globalizada. Desde el comercio al turismo pasando por la energía, la formación, la Bolsa y las empresas. Pero nosotros tenemos lo nuestro. El profesor Luis Garicano, con quien pasé un rato estupendo ayer entre la 30 y la décima avenida en Little Spain me lo dejó muy clarito. "La Economía española se basa en que quien venga detrás, que arree".
Cuando termine la guerra acabaremos con gran parte del lío económico mundial, pero los problemas de la Economía española son estructurales: Paro, deuda y déficit. Y pensiones. Y no queremos aprender ni verlo.
3.- ¿Cuántas energías gastamos en nuestras cosas? El mundo va a mil por hora (para lo bueno y para lo malo) y nosotros con las obras de ingeniería social de un presidente (y sus socios) enfermos de poder. Y él, concretamente, borracho de sí mismo, de su hermosura y su paso inalcanzable a la Historia.
4.- Visto con cierta perspectiva piensas con la que está cayendo que si el nuevo orden mundial, Putin, las protestas en China y nosotros, lo dicho, con el Solo Sí es Sí, con la Ley Trans, con una España de las Autonomías suicida.
5.- Desde Times Square, sin dejar de mirar hacia arriba, se aprecian perfectamente los dos modelos del mundo. El que Putin nos ha puesto encima de la mesa con la maldita guerra de Ucrania y el nuestro. Con nuestros mil y un defectos, ¿tú te cambiarías? ¿Cuántos saltaron el muro de Berlín desde aquí hacia allá? ¿Tu ves a Pablo, a Irene, a Monedero y a Echenique, más el Berlusconi o Donald Trump de turno viviendo como un ruso en Rusia? ¡Ja!.
6.- Desde Nueva York, las razas, los colores... El mundo es absolutamente multicolor y multiracial. Es absolutamente cateto (por no decir algo peor) plantearse el futuro, el desarrollo y los conceptos de nación o territorio como algo de determinada etnia.
En este sentido, los españoles y los europeos deberíamos tomar más nota si cabe. La globalización, la demografía y el futuro es multicolor. No seamos paletos.
7.- Desde Nueva York es impresionante el drama de los homeless (los sin techo) y la droga y la salud mental. Todo unido. Miles de almas víctimas de adicciones a cualquier cosa deambulando como zombies por Zombieland. Miles de seres humanos destruidos y destrozados sin absolutamente nada en la capital del mundo y de los contrastes.
Desde hace décadas que escucho al psiquiatra Luis Rojas Marcos hablar de la epidemia de la salud mental y es verdad. En Nueva York, en la estación de tren en Berlín o en Kinshasha capital del Congo.
8.- La energía, la autosuficiencia energética para pagar la luz y para no depender del psicópata de turno o del emir. Lo único bueno que ha traído la guerra de Ucrania (y que Dios me perdone) es que quizás, como europeos, hayamos espabilado en cuanto a la prioridad del suministro y la dependencia energética.
9.- La hispanidad. Otro motivo de orgullo. Y no sólo es el idioma (que también) son muchas más cosas, como la solidaridad, la Historia o la familia. Paseas por la Quinta Avenida desde Central Park hasta Wall Street y no paras de escuchar voces en español con todos los acentos y pasaportes imaginables.
Y 10.- Mi posdata: Y no están las torres gemelas. Miras hacia el Sur y faltan las Torres gemelas. Y los que las vimos las seguimos viendo como símbolo del terrorismo, del terror más absoluto que cambió el mundo para siempre.
Y es que esa es otra. Han pasado 20 años del horror, ¿dónde estabas tú en aquel instante? Qué rápido se nos olvidan las cosas.