Expósito, cuatro años después de Bataclán: “No somos conscientes hasta que nos espabilen de otro zarpazo”

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Hace exactamente cuatro años --se lo comentaba esta mañana a Herrera-- estábamos en Paris. Hace cuatro años París, Francia y toda Europa estábamos sobrecogidos, alucinando con la salvajada yihadista en la sala Bataclan, en el estadio de Sant Denis y en las Brasseries entre la plaza de la república y la Place de Nation.

Mientras actuaban los Eagles Of Deadth Metal, los terroristas irrumpieron a tiros de armas automáticas, indiscriminadamente, contra la pista de la sala. Murieron, mataron a 89 personas. Entre Bataclan y el resto de ataques, perfectamente coordinados, mataron a 137 personas, entre ellos siete terroristas.

Francia estaba en guerra. Y Europa  --o sea, nosotros--. Solo que se nos ha olvidado o no queremos saberlo.

He tenido la oportunidad de participar en el palacio de la Aljaferia en Zaragoza en el seminario “Las Fuerzas Armadas frente al terrorismo internacional”. Compartí mesa con el capitán de navío Ignacio José García, el coronel Ignacio Castro y la colega de TVE Pilar Requena.

Lo primero: un matiz. Nuestra mesa se denominó “Los riesgos del terrorismo del entorno lejano. Piratería, Oriente Medio y Asia Central”.

¿Lejano? Error. La globalización es verdad y, especialmente, en materia antiterrorista. En nuestros viajes de estos últimos años lo hemos podido comprobar: el eje Af-Pak, Mali, Senegal, Irak, Siria, Chad, Camerún, París, Londres, Sicilia, Egipto...

La primera conclusión es que nuestra frontera sur no es el Estrecho de Gibraltar ni la frontera de Ceuta y Melilla. Nuestra frontera sur es el Sahel, como nuestra frontera este no es Baleares o el Mediterraneo. Nuestra frontera este es el Oriente Medio y, si me apuras, Asia Central.

Sobre Siria, en concreto, tres chispazos:

1.- Es impresionante ver cómo comparten monasterio de San Elías los chiitas y los cristianos.

2.- Aprendimos la diferencia entre intervenir y machacar. Entre un bombardeo americano y uno ruso… Solo con ver el destrozo de las ruinas.

Y 3.- Atención al drama y al problemón de las viudas europeas y los hijos de los yihadistas. Porque ellas y esos hijos tienen un pasaporte como el tuyo y el mío. Y volverán porque es legal. A ver cómo se gestiona su propia presencia.

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Expósito, cuatro años después de Bataclán: “No somos conscientes hasta que nos espabilen de otro zarpazo”

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Otras dos claves. Dos denominadores comunes de esos conflictos: el yihadismo es horizontal; la mujer se lleva la peor parte, pero a la vez, es la única vía de solución. El denominador común es la yihad en sus mil y una franquicias. Y otra fundamental: el factor tiempo.

Les da lo mismo Bataclan, que Atocha, que las torres gemelas, un mercado navideño en Berlín, el puente de Londres o las ramblas de Barcelona.

Volverán. Están dentro. Y deberíamos ser conscientes. Aunque se nos haya olvidado lo que pasó en París hace, tal día como hoy, solo cuatro años.

La finalización de las pesquisas en torno a las matanzas de París hace unos días abre la puerta a que comience el juicio a finales de 2020.

Cuatro años después de las matanzas del por entonces estado islámico, los magistrados mantienen a 14 personas encausadas, de las cuales 11 están en prisión provisional, y otras seis con órdenes de detención.

En la causa están personadas 1.740 personas como acusación particular.

El principal sospechoso es Salah Abdeslam, el único superviviente de los comandos que ocasionaron la masacre en el estadio francés de Saint Denis, en diversas terrazas de cafeterías de la capital y en la sala Bataclan.

Detenido en Bruselas cuatro meses después de los atentados, está preso desde el 27 de abril de 2016 en una prisión francesa, tras haber sido condenado en Bélgica a 20 años de cárcel por un tiroteo con la policía belga en marzo de 2016.

Las autoridades francesas creen que algunos de los sospechosos contra quienes la justicia ha emitido mandatos de arresto han muerto en el campo de batalla sirio.

A modo de conclusión.

1.- La eternidad para ellos es eso, infinita. Al Andalus sigue ahí. Y es que nosotros tenemos el reloj, pero como dicen por esas tierras, ellos tienen el tiempo. La eternidad. Porque hablan de Al Andalus como si estuviéramos hace ocho siglos. Y porque su eternidad no tiene nada que ver con nuestras próximas elecciones.

2.- Inteligencia. Con mayúsculas. Solo con Servicios de Inteligencia compartidos en el mundo entero, especialmente en nuestra parte del mundo, se puede combatir al monstruo del yihadismo. Analizar, inteligencia y actuar.

Y 3 – No somos conscientes de casi nada. No somos conscientes del nuevo modelo de guerra. Se nos olvida lo que pasó en las Ramblas porque damos el protagonismo a Puigdemont. Se nos olvida lo de París de hace cuatro años, como se nos olvida que ETA existió hasta antes de ayer.

No somos conscientes del terrorismo global hasta que nos espabilen de otro zarpazo.