La Unión Europea se la juega. O sea... Nosotros. Nos estamos jugando, creo que sin exagerar, nuestro futuro. El futuro de la región del mundo más próspera, plural y solidaria. Nos jugamos el futuro de una historia de éxito que nació tras la primera y la segunda Guerra Mundial. Una historia que nos remontaría al imperio romano, a la reconquista o al Camino de Santiago.
Creo no exagerar cuando advierto que los populismos ultras tipo Podemos o los neofascismos; los nacionalismos catetos tipo independentismo catalán... O los disparates tipo Brexit pueden mandarnos a todos por el sumidero de la historia.
Así que... Hoy que seguimos a vueltas con el Brexit; con los presupuestos italianos y con la defensa europea por la que apuestan Macron y Merkel... Planteo 10 claves ante nuestro futuro... El futuro de la Unión Europea.
1.- Los populismos confirman que los extremos se tocan. El enemigo de Marine Le Pen o de Nigel Faragge... El impulsor del Brexit... Es el mismo que el enemigo de Siriza, de Monedero o Echenique. Ese enemigo es el orden establecido... Desde los principios de la Unión a, en nuestro caso, la propia Constitución.
2.- El Brexit. Una de las mayores cagadas de la historia reciente del mundo. Un error para estudiar en los libros de historia. Una herencia catastrófica que los mayores del Reino Unido de her majesty... Un dejado a sus hijos, a sus nietos y al resto de europeos. Una pifia de un iluminado mediocre, el tal Cameron... Que ¿ande andará?
3.- En gran medida, el denominador común de nuestros problemas es el miedo a la inmigración. Desde Sicilia y el triunfo de la liga de Salvini... Al bBexit supremacista... Pasando por el auge de las ultraderechas en la Europa del este.
4.- Es curioso, pero estamos copiando un modelo imposible. Y es que, como dijo Felipe González, cada vez más, nuestros parlamentos se parecen a Italia, pero sin que los demás seamos italianos.
5.- La clave. La madre del cordero. Para el futuro inmediato y a largo plazo. La defensa común europea.
Más allá del postureo y de los teatrillos de Donald Trump... Angela Merkel y Emmanuel Macron tienen razón. Porque los países europeos debemos incrementar la aportación a nuestra defensa. Sí o también. Deberíamos hacernos mayores de una vez, y empezar a valernos por nosotros mismos sin la dependencia adolescente del tío Sam.
Pero no seamos cínicos. La cuestión no es lo que diga un presidente histriónico u otro en horas bajas o una canciller alemana ya de salida... No.
El problema de verdad somos nosotros. La opinión pública europea que por comodidad --ya vendrán a defendernos-- o por cobardía --que otro ponga los muertos-- no queremos afrontar la realidad de este principio del siglo XXI.
Por ello hacen falta políticos que digan la verdad. Aunque uno se pase de tuitero y de estrambótico. Aunque lo diga Donald Trump, sin que sirva de precedente, tiene razón. Como desde esta orilla la tienen Merkel y Macron.
En el extremo contrario... Los gobiernos populistas o casi, como el nuestro, que se esconden en una falsa progresía buenista. Que se apoyan en socios antieuropeos y bolivarianos. Y que nunca reconocerán el nuevo modelo de guerra que nos ocupa... Porque no conviene enfrentarse a la verdad. Y eso que somos la frontera sur del Mediterráneo y del Sahel.
Y como muestra... Un botón. Hace unos meses, en malí, un militar español fue tajante, al analizar el papel de la UE contra el yihadismo en África.
"Aquí, en serio.... Lo que se dice en serio... Se despliega el ejército francés. El resto apoyamos logísticamente y para formación de fuerzas locales. Pero deberíamos ir más allá. O nos tomamos en serio que el yihadismo no puede implantarse en el Sahel... O nos arrepentiremos más pronto que tarde".
Y la gran pregunta: ¿Los europeos estamos dispuestos a reconocer la realidad y dar los pasos para enfrentarnos a esta verdad? Exacto. Seamos sinceros. Hoy por hoy... No. Y es aquí... Donde nos jugamos el futuro.