Jon Uriarte desvela de qué trabajaba Pilar García Muñiz antes de los medios de comunicación: "Tiene historias"
Las piscinas son un lugar maravilloso para pasar el verano, pero conllevan sus riesgos. Uriarte ha dado algunos consejos a los oyentes de 'La Linterna' para que no tengan disgustos
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Las piscinas son un lugar realmente necesario en verano, y más ahora que llega la peor ola de calor del año. Las hay de todo tipo: publicas, privadas, hinchables o incluso las desmontables, que muchos compraron durante el coronavirus y que todavía tienen en casa. Alguien que sabe mucho de piscinas es Jon Uriarte, quien según Rubén Corral es conocido por algunos como “Juanito Piscinas”.
La primera norma de convivencia en la piscina que ha dado Uriarte es que nada de juguetes hinchables en ellas, algo que dice que solo trae “problemas y chapoteos” y además, puedes acabar ahogado intentando inflarlas. Luis Piedrahita definió el proceso de intentar hincharlas como uno en el que “según la colchoneta va cogiendo forma, tú vas perdiendo color”, algo que se puede aplicar también a las piscinas hinchables.
El segundo consejo de Jon es que hay que entrar a la piscina por turnos, y además hay que tener cuidado si te estás tomando, por ejemplo, una cerveza o tomar el sol después de comer mucho en el bordillo, porque es fundamental hacer la digestión, aunque es mejor traerla hecha de casa. Para ilustrar los problemas que esto puede ocasionar, Jon ha traído un testimonio de una señora que “Había comido mucho, después me tome dos cubatas que tenían mucho azúcar y unas cuantas cervezas. Hacía mucho calor y me dio un corte de digestión”.
La equivocación de Uriarte
Otro clásico de las piscinas es el debate que existe por el gorro obligatorio. Rubén defiende que es una cuestión de higiene, y que al gorro añadiría unas gafas “porque hay mucho guarro”. Berto Romero ya dio en su momento la clave para ir adecuadamente vestido a una piscina: “El gorro debe ser del plástico más grueso posible, que oprima el cerebro, bien para que la cara adopte una expresión felina. Las gafas deben hacerte el vacío y a ser posible que te saquen un poco el ojo y si se empañan hay que escupirlas, no para que no se empañen, sino para intimidarlas”.
Con las gafas de bucear, que dificultan la visibilidad y se empañan puedes cometer el error de llevarte, por ejemplo, a un niño que no es el tuyo. Algo parecido le paso a Uriarte pero no por las gafas de buceo, sino por la mascarilla: “En la época del coronavirus me pasó, me equivoqué, me pareció la misma persona, lo que pasa es que era mi mujer, me equivoque de señora, es lo que hay”.
Para evitar este tipo de incómodas situaciones u otras tan desagradables como lo que puede provocar la salpicadura de unos niños lanzándose en bomba al agua, es realmente necesaria la figura del socorrista. No hay suficientes socorristas en España, y encima algunos de los que hay son más bien perezosos. Es posible que al gremio le gustara recuperar a un integrante de la talla de Pilar García Muñiz, alguien que hace tiempo fue socorrista, según ha desvelado Uriarte: “Dice que estaba en piscinas con más de mil personas, yo creo que equivocaba y eran playas”.