Esta es la edad a partir de la cuál los psicólogos no pueden revertir conductas violentas: "Es más difícil"

La neuropsicóloga Aurora García Moreno explica a Expósito en 'La Linterna' algunas de las claves para entender por qué hay padres que deciden ejercer la violencia contra sus hijos

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Esta es la edad a partir de la cuál los psicólogos no pueden revertir conductas violentas

Nora González Godoy González Godoy

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En lo que va del año, cinco niños han sido víctimas de violencia vicaria, un terrible acto perpetrado por sus propios padres con el objetivo de causar daño a la madre. En la reciente campaña contra la violencia vicaria, con el nombre 'Señor juez, tiene una nota de voz pendiente', se han recogido numerosos testimonios y se ha destacado la pesadilla que viven las madres al ser el objetivo final de este maltrato.

Nanda, una madre que tuvo tres hijos con su agresor, es una de las que ha compartido su desgarradora historia: "Es una violencia de baja intensidad, digo yo, porque no deja huella corporal. O si la deja, se va enseguida. Estoy hablando de bofetadas, jalones de pelo, tirones de oreja, darte con un palo. Si a mis niños les pegan un viernes por la tarde, un sábado, cuando el lunes los recojo del colegio, ya no hay marca y, por tanto, no tienes parte de lesiones, ¿no?"

Niños

El director de La Linterna, Ángel Expósito ha analizado junto a la neuropsicóloga Aurora García Moreno las razones que llevan a una persona a maltratar y, en el peor de los casos, hasta a matar a sus propios hijos. García Moreno explica que estos padres "muestran una baja tolerancia a la frustración, inseguridad y una creencia errónea de afirmar poder mediante estas acciones violentas. También tienen gran dificultad para manejar la pérdida de control que junto a la carencia de empatía desencadena en este tipo de violencia".

¿Por qué un padre maltrata a su hijo?

Entre los perfiles destacados por la neuropsicóloga se encuentran aquellos con trastornos psiquiátricos, como el síndrome de Munchausen por poder que "se percibe en padres aparentemente muy buenos que se ocupan de sus hijos, que están supuestamente enfermos. Muchas veces incluso ellos son los que les provocan la enfermedad o simulan síntomas" y el síndrome de Medea, donde los padres buscan dañar a la madre a través del sufrimiento de los hijos.

Por otro lado, que una persona padezca un trastorno mental, no implica que sea más propensa a cometer este maltrato, aunque la especialista señala que "puede ocurrir si se combina con sustancias nocivas como pueden ser el alcohol, las drogas. En ese caso, sí hay más probabilidad de ser parricida. Por ejemplo, personas con el trastorno narcisista, por lo que es más difícil".

Niño triste

Posibilidad de Recuperación

García Moreno señala que, aunque estos individuos podrían recuperarse con una intervención adecuada, "la plasticidad del cerebro permite aprender y crear nuevas conexiones hasta los 23 años, que es cuando el cerebro deja de desarrollarse neurológicamente. Sin embargo, después de esa edad, llegando a los 34 o 36 años, la dificultad de que esa persona cambie su conducta aumenta".

En cuanto a las medidas a tomar como sociedad, García Moreno enfatiza en la educación desde los colegios sobre el bienestar familiar y la prevención. Además, se destaca la importancia de sensibilizar a la población para identificar signos de violencia y mejorar los servicios de salud mental para un acceso rápido y seguimiento adecuado: "Que haya un acceso rápido, que no haya esas colas tan tremendas, que haya un seguimiento, porque así se podrá detectar tempranamente cierta inestabilidad emocional. Tratándose adecuadamente, se puede evitar llegar a trastornos mentales o corregir conductas de este tipo de personas". La terapia familiar y adquisición de herramientas para resolver conflictos son cruciales para evitar llegar a extremos como la violencia vicaria.

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