Ángel Correas: "Si hay que aguantar, se aguantará, pero sin marear porque la paciencia está en reserva"

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En la previsión del tiempo pone lluvia ocasional en buena parte de la península para este domingo 26 de abril. Pero para eso están los paraguas y mejor los chubasqueros. Y además, qué mejor que algún charco que otro donde saltar si se tienen unas buenas botas de agua.

Salvo diluvio, la lluvia intermitente no será un impedimento para que hoy millones de españolitos de este país, menores de 14 años, aprovechen su primera salida a la calle en 43 días. Si lo pensamos bien, 43 días han estado estos niños metidos en casa.

Ahora bien, no habrá parques infantiles abiertos, no podrán jugar con otros niños que se encuentren y tendrán que extremar las medidas de higiene.

El manual de instrucciones para sacar a los niños a la calle indica que será de 9.00 a 21.00 y que se tienen que cumplir cuatro puntos clave. Lo que llaman la regla del uno; Un paseo al día, durante una hora, a no más de un kilómetro de casa y con un adulto que no tiene porque ser alguno de los pares. Puede ser un hermano mayor de edad, un abuelo o un cuidador autorizado

Máximo de tres niños por grupo, guardando las distancia de seguridad de dos metros con otros menores y al regresar a casa mantener las medias de higiene, como lavarse bien las manos.

¿Y si el niño o niña ya ha cumplido los 14 años? Es un o una adolescente. Se tendrá que quedar en casa y asumir las condiciones de los adultos. Pero ahora podrán acudir al banco o los supermercados.

Y aquí ha venido la sorpresa. Si tras esta medida que permite la salida controlada de los niños a la calle, la evolución de los datos del coronavirus sigue en buena dirección, el próximo Sábado de mayo el Gobierno permitiría la salida del resto de la población para hacer deporte de manera individual o a dar paseos con alguna persona con la que convivamos.

Es un escalón importante que abre la puerta, literalmente, a millones de personas pero que está supeditado a que se mantenga la contención actual en el número de contagios.

Son las medidas estrella con las que el Gobierno inicia su plan de “desescalada” progresiva que aprobará el martes en el consejo de ministros. Un plan que parte de la base de la que la batuta la llevará el Gobierno. Escuchará lo que proponen las comunidades autónomas pero las decisiones las tomarán en Moncloa.

Y llegados a este punto una reflexión. Una gran mayoría de españoles estamos ya hastiados del confinamiento pero lo hemos asumido así que, desde luego, recibimos con alegría que permitan a los niños salir y a los adultos hacer deporte o dar paseos. Eso vaya por delante. Pero que tengamos las lógicas ganas de salir de casa no impide la reflexión.

Llevamos 43 días confinados y hace tan solo dos semanas el gobierno había aplicado la hibernación de la economía ante la gravedad de la situación sanitaria.

Desde que comenzó la pandemia no hemos acabado de cuadrar las cuentas en España y hace tan solo 48 horas que Sanidad ha vuelto a cambiar la fórmula para recontar los contagios.

Y lo que es más importante, el estudio de seroprevalencia que resulta clave para hacernos una idea real de cómo está ahora mismo en nuestro país el coronavirus, para saber o estimar cuántas personas pueden ser inmunes al haber superado la enfermedad, ese estudio ni siquiera ha comenzado. En teoría se inicia mañana lunes con 90.000 pruebas en toda España y eso no se hace de la noche a la mañana.

Con todo, 15 días después de la hibernación económica y sin esa pieza clave del estudio de seroprevalencia el Gobierno ya ha empezado a anunciar medidas de desescalada e incluso pone fechas concretas. Por muchas ganas que tengamos de salir, que las tenemos, hay un margen para pensar que se ha cogido mucha velocidad en apenas una semana.

Hay un margen para pensar que se ha cogido mucha velocidad en apenas una semana

Hay que esperar que nadie se haya precipitado porque si algo puede resultar muy malo es que te digan que ya puedes salir y luego te digan que tienes que seguir en casa. Y sinceramente, los antecedentes del Gobierno en esta crisis están llenos de auto correcciones. Una mayoría de españoles ya hemos demostrado que, si hay que aguantar se aguanta, pero sin marearnos, por favor, que no estamos para experimentos y la paciencia está en reserva.

Esto lo sabe el Gobierno y por eso Sánchez habla de prudencia aunque se ha lanzado a dar fechas concretas. Puede tener bastante que ver la presión que está recibiendo por parte de las comunidades autónomas, especialmente aquellas donde la incidencia del virus ha sido menor. Estas comunidades, como Canarias, Andalucía, Asturias o Murcia, por poner algunos ejemplos, están pidiendo al Ejecutivo insistentemente que se rebaje la situación cuanto antes para reactivar sus economías o intentar que la gente vuelva poco a poco a la normalidad. Todas están preparando su propios planes de “desescalada” pero por ahora el Gobierno insiste en mantener las riendas de la gestión.

Hoy tiene Sánchez una nueva reunión con los presidentes regionales. Explicará el marco en el que se tienen que mover, los parámetros que van a tener que cumplir para ir bajando escalones en el confinamiento pero seguro que pone encima de la mesa también esa fecha que ha anunciado del 2 de mayo para rebajar la tensión con esas regiones que le están pidiendo abrir la mano ya.

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