Ángel Correas: "Aunque solo sea por su propia seguridad, Europa no debe apartar la mirada de Afganistán"

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"Hoy si podemos decir que se da por concluido el despliegue de evacuación español en Afganistán. Los efectivos del Ejército del Aire que han llevado a cabo los vuelos regresaron ayer desde Dubai a la base aérea de Zaragoza.

Y hasta aquí ha llegado la operación Salida de Kabul. Hasta donde ha podido, debido a las condiciones de seguridad. 2.200 personas, familias enteras, rescatadas de las puertas del infierno tras haber quedado señaladas por su colaboración con el Ejército, la embajada o organizaciones y agencias españolas. Tras el paso por la base de Torrejón, los que han pedido asilo en España están siendo distribuidos por diferentes regiones. Otros son derivados a países europeos o a las bases de Rota y Morón, si se trata de colaboradores con Estados Unidos.

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Todavía quedan unas 300 personas que han colaborado con nuestro país y se han quedado a las puertas de embarcar. Ellos ya no podrán salir con los aviones y tal vez comiencen ahora un nuevo viaje, complicado y peligroso del que seguramente sabremos poco o nada. Miles de personas tratan de salir por tierra a los países vecinos en lo que ya es un auténtico éxodo.

Estos días, los políticos de turno, el presidente del Gobierno, responsables de la Unión Europea han estado hablando de éxito de la operación de evacuación. Es más bien alivio. Alivio de que el contingente español haya vuelto sano y salvo habida cuenta de la complicada y peligrosa situación en Kabul.

Esta misma noche, el presidente de los Estados Unidos Joe Biden ha advertido de la alta probabilidad de un nuevo atentado terrorista en las próximas 24 – 36 horas. Esto cuando todavía no se sabe el número exacto de víctimas que la bomba de un suicida provocó el pasado jueves.

Hace apenas 24 horas, contábamos la primera respuesta de los Estados Unidos a ese ataque terrorista. Un dron eliminaba ayer a dos miembros del ISIS que habrían planificado el ataque al aeropuerto. Es el primer movimiento de una nueva etapa en Afganistán que arrancará de forma oficial el martes, con la salida definitiva de los soldados norteamericanos que todavía controlan el aeropuerto. Según el Pentágono, casi 120.000 personas han salido del país en estas 2 semanas.

Una reflexión. ¿Por qué hablamos tanto de Afganistán? ¿Por qué no deberíamos perder de vista lo que ocurra dentro de esas fronteras a partir de ahora?

Se pueden poner encima de la mesa varios motivos, pero sin entrar en grandes profundidades porque la situación es muy compleja, hay dos que se pueden entender con facilidad. El primero, tiene un matiz sentimental. El del respeto a la memoria del centenar de españoles que han perdido la vida participando en la misión de Afganistán.

El segundo, tiene un matiz más práctico. La amenaza del terrorismo yihadista. Basta con revisar la historia reciente para no perder de vista la evolución de Afganistán en manos de los talibanes.

Y es que, poco antes del año 2000, un desconocido Osama Bin Laden para el gran público, huyó de su refugio en Sudán tras los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania. Se fue al lugar donde había estado combatiendo años atrás contra los soviéticos. Afganistán. Allí se aprovechó del amparo de los talibanes para crear campos de entrenamiento de su nueva organización Al Qaeda y allí planificó el ataque del 11 de septiembre, hace ahora justo 20 años.

El presidente Obama sigue el desarrollo de la operación de los Seals en la que se capturó a Bin Laden

Todo esto acabó como ya sabemos. Con la intervención, ese 2001, de Estados Unidos que derrocó a los talibanes y la posterior misión ISAF en la que ha estado participando España durante 20 años. Se puede decir que hasta el día de hoy.

Hace pocos meses, durante las negociaciones para la retira de Estados Unidos, los talibanes de hoy en día se comprometieron a no volver a dar cobijo a grupos terroristas, pero en su día también negaron que dieran cobijo a Bin Laden y al final pasó lo que pasó. Al Qaeda no ha desaparecido, su núcleo sigue activo precisamente en la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán, donde, precisamente, han estado amparados los talibanes estos últimos años.

Los mismos talibanes que no hace demasiado tiempo publicaron un vídeo a través de sus canales de propaganda en el que alababan los atentados del 11 de Marzo en Madrid. Estos son los que ahora dominan de nuevo ese país y el lazo con Al Qaeda se mantiene.

Siendo esto importante, no lo es menos, que en ese escenario está presente un nuevo actor terrorista. El llamado Estado Islámico, el DAESH. El atentado del jueves en el aeropuerto no es el primero que cometen en Afganistán, pero sí es el que más repercusión ha tenido. Una oportunidad única de propaganda internacional.

El Estado Islámico/DAESH surgió como una escisión de Al Qaeda durante la guerra de Siria en 2013. Es de sobra conocido las atrocidades que hicieron allí hasta que fueron derrotados militarmente.

Esa escisión acabó enfrentada a su matriz Al Qaeda y por eso se consideran también enemigos de los talibanes en Afganistán. Quien está pagando esas rencillas al final es la población. Y lo pagan a base de sangre y fuego.

Pues bien, el riesgo radica ahora en que Afganistán se convierta en lo que fue Siria hace unos años. El caldo de cultivo perfecto para que estos grupos terroristas, recluten adeptos, planifiquen e intenten atentados como los de París o Londres. Aunque sólo sea por esta necesidad de seguridad, en Europa tampoco deberíamos apartar la mirada de lo que pase en Afganistán en esta nueva etapa por muy lejos que nos parezca en el mapa".

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