Seis meses sin Anna y Olivia: ¿Qué sabemos de su desaparición?
Analizamos el caso de la desaparición de las niñas que, según la investigación de la Guardia Civil y la UCO, fueron asesinadas por su padre
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Desaparecidas desde la tarde del 27 de abril de 2021. El caso de Anna y Olivia, las dos niñas raptadas por su padre, Tomás Gimeno, en Tenerife.
Nos mantuvieron en vilo durante cerca de mes y medio en el que escaseaban las noticias. El desenlace ya es por todos conocidos, pero hay interrogantes que siguen sin resolverse a día de hoy. Justo esta semana, el pasado miércoles, se cumplían seis meses de aquella tarde en la que, según la investigación de la Guardia Civil y la UCO, fueron asesinadas por su padre.
Se sabe que Tomás Gimeno recogió esa tarde a sus hijas sobre las cinco de la tarde y que tenía que devolverlas con su madre cuatro horas después. A las 19:47 hay un audio de Whatsapp de Olivia, la mayor de las niñas, en el que le decía a Beatriz, su madre, que les recogiera a las nueve. Lo hizo desde el móvil de su padre y es la última vez que escuchó su voz.
A partir de ahí, una de las grandes dudas: ¿Cómo mató a sus hijas? No se hallaron restos de sangre en la casa de Gimeno y la principal hipótesis pasa por un estrangulamiento. El siguiente escenario en el que hay imágenes del asesino es en el puerto. Descargó varias bolsas de su coche e hizo varios viajes. Cruzó hasta tres llamadas con la madre, whatsapps con familiares y amigos e incluso le llega a interceptar una patrulla de Salvamento Marítimo cuando se estaba saltando el toque de queda.
Esa misma noche Beatriz se presenta en comisaria. En ese momento arranca una búsqueda por tierra, mar y aire. Al día siguiente se identifica la embarcación de Gimeno a la deriva. Joaquin Amills, presidente de SOS desparecidos, fue -y de alguna forma sigue siéndolo- el portavoz de Beatriz y su familia. “El acontecimiento marcó no solamente a los que estuvimos intentando buscarlas sino a toda la sociedad”, explica.
Durante mes y medio las esperanzas estaban intactas. El perfil de Gimeno y sus antecedentes, con continuas amenazas, dibujaban un escenario en el que una fuga era probable. Que fuera más allá parecía poco probable. Se declaró una búsqueda internacional. Se difundieron imágenes. Todo se activó para tratar de encontrarlas dónde fuese. El 10 de junio, a través de SOS desparecidos, Beatriz rompía su silencio y enviaba este mensaje de voz. Por su cabeza pasaba un secuestro. 40 segundos de audio que se esfumaron en cuestión de horas. Ese mismo día por la noche saltaba la noticia... Inesperado y cruel. La primera autopsia del cadáver de Olivia concluía que no había agua en sus pulmones. Esto vendrían a decir que fue arrojada ya muerta al mar. El buque Ángeles Alvariño fue el encargado de encontrar el cuerpo. Esa embarcación y todo su equipo estuvo navegando desde el 17 de mayo hasta el 30 de junio. Como ya sabes no se encontró el cuerpo de la niña pequeña, Anna, ni el de Gimeno. La juez autorizó la salida del buque tras un informe técnico sobre la imposibilidad del hallazgo. El caso está cerrado aunque con algunos matices.
La Guardia Civil y la jueza sostienen que Gimeno tiró también el cuerpo de Anna al mar y luego se suicidó. Desafortunadamente no se ha esclarecido todo, pero sí lo suficiente como para que su madre, Beatriz, pueda seguir poco a poco hacia adelante. Su entereza no deja de sorprendernos. La pudimos apreciar este jueves. Reaparecía en una gala precisamente para galardonar la labor del Ángeles Alvariño. Ese es el legado de Beatriz: su fortaleza... Algo fundamental en todos estos casos. Positividad, esperanza y superación.