El enigmático caso de la casa maldita de Malasaña: "Un sastre mató a su mujer y a sus cinco hijos"

En el centro de Madrid, un edificio aparentemente normal esconde un secreto inconfesable. En el número 3 de la madrileña calle de Antonio Grilo sigue en pie la conocida como “Casa de los crímenes”. Javier Pérez Campos, autor del libro "Los Intrusos", que edita Planeta, le ha desvelado a Adolfo Arjona algunos de los misterios que encierra este caso.

En el tercer piso del edificio vivía José María Ruiz con su familia, un sastre conocido en el barrio al que los vecinos veían como un hombre trabajador y educado. Pero una mañana, su vida se convirtió en una pesadilla de la que nunca despertaría.

Todo ocurrió un martes de 1962. Era 1 de mayo, jornada festiva en la ciudad. Ese día, José María se levantó con unos turbios pensamientos. Pensamientos que no conseguía quitar de su cabeza. Y esa misma mañana él los convertiría en realidad. Con sus propias manos.

UN CRIMEN INEXPLICABLE

A las 8:30 de la mañana, José María entró decidido en su dormitorio. Su esposa, María Dolores, estaba en la habitación con su hija de dos años dormida en el moisés. El sastre acabó con la vida de su mujer y le cortó el cuello a su bebé. Después acabaría con la vida de sus otros cuatro hijos.

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Una de las víctimas fue su hija de catorce años, quien al ver que su padre estaba actuando como un auténtico monstruo, se escondió despavorida en el cuarto de baño. Pero él consiguió abrir la puerta. Entonces empuñó la pistola que llevaba en al mano y la mató de un disparo en la garganta.

EL ENIGMA DEL CUARTO DE BAÑO

El crimen del cuarto de baño se revela durante la investigación. Según Javier Pérez Campos, “lo que más nos impactó es lo que escuchamos en las grabadoras, que habíamos colocado dentro de unas cámaras aisladas y repartido por toda la vivienda. En una de ellas se registró una voz infantil. Estaba situada en el interior del cuarto de baño donde el sastre mató a su hija. De la grabadora, sale una voz que dice: “papi”.

Tras cometer los asesinatos, José María cogió en brazos el cadáver de uno de sus hijos y salió al balcón gritando: “Los he matado a todos. Tenía que hacerlo hoy”. Precisamente, hay otro hallazgo vinculado con las palabras del sastre al salir a la calle con el cadáver de su hijo ensangrentado.

UNA FECHA GRABADA EN SANGRE

Javier Pérez Campos le ha contado a Adolfo Arjona que su equipo encontró una frase en la pared de la cocina que podría aclarar qué ocurrió exactamente. “Encontramos una frase escrita en la pared, tras el papel pintado: “3 de mayo cae en el día”. La palabra "día" aparecía subrayada. Los crímenes fueron unos días antes de esa fecha.”

El motivo de estos crímenes sigue siendo un misterio a día de hoy. Nunca trascendió que José María Ruiz tuviera problemas mentales. Tal vez algo inexplicable le llevó a cometer uno de los crímenes más atroces aún sin resolver. Tal vez se sintió empujado por algo que no se ve ni se oye a simple vista. Tal vez los intrusos habían entrado en su vida para no salir jamás.

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