El inimaginable objeto con el que Marlene Dietrich quiso matar a Adolf Hitler

Hubo una mujer a la que todos los hombres deseaban. Una mujer a la que todas las mujeres imitaban. Su estilo, su mirada, su glamour; hacían única a Marlene Dietrich.

Pero hay un episodio de su vida que hasta el momento se ha mantenido oculto. Un secreto que muy pocos conocen y que José Rey Ximena, autor de “El vuelo del Ibis”, ha desvelado en "La Noche de Adolfo Arjona".

El escritor le ha contado a Adolfo Arjona que la actriz alemana estuvo a punto de cambiar el curso de la historia. Cuando los focos se apagaban, el plan de Marlene cobraba vida.

MARLENE, DESNUDA FRENTE A HITLER

La protagonista de "Testigo de cargo" quiso matar a Adolf Hitler. La diva se manifestó a lo largo de su vida en muchas ocasiones contra el nazismo. Sin embargo, había algo que la alemana ocultaba. Ella sabía que el dictador no podía resistirse a su atractivo.

Por este motivo, en 1936 planeó asesinarlo. Aunque Dietrich llevaba años viviendo en Hollywood, su plan era regresar a Alemania con la excusa de rodar una película.

Una vez allí, lo tendría fácil. Haría llegar al führer su deseo de verlo. Ella era consciente de que Adolf Hitler no podría resistirse a verse a solas con ella en la intimidad.

Cuando estuvieran los dos solos, ella aprovecharía y lo mataría. Pero sabía que no podría entrar en una habitación con él sin que sus hombres la cachearan previamente. Sería registrada minuciosamente. Entonces, ¿Cómo podía guardar el arma letal que acabaría con la vida de Hilter?

Marlene Dietrich no dejaba de pensar en su plan. A miles de kilómetros de su país, le daba vueltas y más vueltas a la trama que iba cobrando vida en su cabeza.

UNA HORQUILLA LETAL

Y de pronto, lo tuvo claro: Entraría desnuda en la habitación para encontrarse a solas con Hitler. De esta forma no levantaría sospecha alguna. Su arma para acabar con él tenía que ser un objeto que no llamara la atención.

Utilizaría una horquilla envenenada que llevaría prendida en su cabello. Sin embargo, había algo que se le escapaba a la actriz. Lili Marlene no encontraba la forma de salir del edificio sin que nadie la viera después de matar a su enemigo. Por este motivo, se vio obligada a desistir de su plan. Lo que nunca sabremos es si llegó al menos a intentarlo.

EL PRIMER CIBERESPÍA DE LA HISTORIA: "UN SÓTANO CLANDESTINO Y MILES DE BILLETES"

Pero Marlene Dietrich no fue la única mujer que estuvo a punto de cambiar el rumbo de la Historia. Hubo un hombre que durante dos décadas consiguió engañar al FBI. Robert Hanssen tenía la tapadera perfecta para aliarse a Rusia.

Según ha contado Pedro García Cuartango a Adolfo Arjona, Hanssen entró en el FBI en 1979. A simple vista parecía un hombre gris y anodino cuya rutina consistía en pasear a su perro al anochecer y en asistir a misa con su familia los domingos.

Sin embargo, Hanssen escondía un oscuro secreto: Era un traidor que enviaba a Rusia información clasificada de Estados Unidos.

La dirección del FBI decidió nombrar a un agente muy joven como ayudante de Hanssen. Su papel llevó al FBI a delatar al doble espía. Un día, su ayudante entró en su despacho aprovechando que lo habían invitado a una sesión de tiro y copió su agenda. A partir de ese momento, le siguieron.

Un domingo, tras pasar el día con su familia, al atardecer salió de casa solo, como había hecho muchas veces. Llevaba un paquete en la mano. Pero Hanssen no iba solo, como pensaba. El FBI le seguía. En un parque cercano a su casa dejó el paquete. Entonces el FBI lo detuvo.

Reconoció su culpabilidad desde el primer momento. Lleva más de 20 años en una cárcel de alta seguridad en Estados Unidos.

No puso ninguna resistencia. Sus únicas palabras durante su detención fueron: "Habéis tardado demasiado". La noticia dio la vuelta al mundo. Sus familiares y amigos íntimos se sorprendieron al ver su fotografía en las portadas de los periódicos. Si su mujer y sus hijos sospecharon alguna vez, solo ellos lo saben.

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