Un día en la cárcel: la guía que explica cómo se relacionan los presos con sus familiares

En muchas ocasiones desconocemos cómo debemos abordar una gestión, del tipo que sea. Recurrimos a amigos, compañeros, o incluso a gestores que nos ayudan y nos hacen ver cómo la dificultad, muchas veces, radica en la falta de información.

Esto que te cuento, también ocurre en las cárceles. Cuando una persona ingresa en un centro penitenciario, su entorno más cercano no conoce absolutamente nada sobre su funcionamiento. Así que en ese momento empieza toda una odisea para saber qué pueden hacer para visitarlo, si le pueden llamar, si puede recibir dinero y otra serie de preguntas que pueden parecen muy sencillas, pero no lo son.

'Guía para la vida en prisión'

En 'La Noche' de COPE hemos hablado con Pepi Gómez, que tiene a su marido como interno en el Centro Penitenciario Puerto III, que está en Cádiz. Ella ha participado en 'Guía para la vida en prisión', un manual editado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía destinado a enseñar a los reclusos y sus familias qué recursos tienen, sus derechos y deberes.

El marido de Pepi lleva cinco años en prisión y, actualmente, están solicitando su traslado a un centro de Granada, una gestión que está resultando realmente compleja. Mientras sigue luchando por el traslado de su marido, Pepi ha explicado cómo funciona la comunicación entre la prisión y las familias, algo esencial en el momento en el que un familiar tuyo entra en la cárcel.

Respecto a qué es lo primero que tiene que conocer una persona en caso de que un familiar ingrese en un centro penitenciario, explica que es algo tan básico como la prisión en la que se encuentra, y es que, en muchos casos, son los reclusos los que llaman a sus familias, una vez dentro de la cárcel, para informarles de este dato.

Además, ha profundizado en cómo es el tema de las comunicaciones con la prisión y cómo sabes entre visita y visita cómo se encuentra o si necesita algo, normalmente gracias a las llamadas telefónicas. En cuanto al dinero, los presos pueden recibir un máximo de 100 euros a la semana, aunque son los familiares los que deben ingresarles la cantidad en un plazo concreto.