La conmovedora conversación entre dos psicólogas y una vecina de Paiporta: la acción que le hace seguir con esperanza

Son muchos los afectados que con la acumulación de emociones no son capaces de definir cómo están

Miembros del equipo de Emergencias en Lorca retiran barro en una calle en Paiporta
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La conmovedora conversación entre dos psicólogas y una vecina de Paiporta: Esta es la acción que le hace seguir con esperanza

David Nieto Cortés

Publicado el

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Después de una semana en la que no han dejado de contabilizarse los daños materiales que ha dejado la DANA, visibles en las calles de las localidades afectadas, donde aun diez días después , todavía quedan muchos escombros, lodo, vehículos y basura por retirar. Pero algo que es incluso más importante que lo material es lo personal, no solo en el caso de las pérdidas en vidas humanas, sino en cómo ha afectado psicológicamente la situación a la gente.

Porque, aunque el panorama pueda verse desolador a través de los medios de comunicación, ver, en el caso de los propios habitantes de las poblaciones afectadas como está todo destrozado, las calles llenas de barro y basura, es terrorífico. Muchos de ellos lo han perdido todo y que han quedado traumatizados por la situación.

Atención psicológica

Y es que, además de ayuda y voluntarios que acudan a las poblaciones a limpiar y a repartir comida, algo que es muy de agradecer, también es necesaria la intervención de profesionales de la psicología para ayudar a superar las consecuencias mentales que ha dejado la DANA, puesto que perder todas las pertenencias para muchas familias, todos los vehículos y todos los negocios en tan solo unas horas, es algo muy duro. Muchas de estas personas afectadas siguen en estado de shock, por que no han sido capaces de asimilar el desastre.

Voluntarios trabajan en el pantano de Torrent

EFE

Voluntarios trabajan en el pantano de Torrent

Macu Gortazar, psicóloga colaboradora de La Tarde de COPE, afirma que son muchos los pasos que hay que atravesar para llegar a la aceptación de la situación, y como es comprensible, no todas las personas tardan lo mismo. La asimilación de la realidad es algo que mucha gente tarda en procesar de primeras, ya que no se pueden creer que les haya pasado esto.

Muchas veces preguntas a gente cómo está y no saben la respuesta”, afirma la experta. Es tal el cambio tan repentino y rápido de emociones que parece de una película. Y es por esta misma causa, derivada de la oleada de voluntarios que llegan para ayudar a recuperar la normalidad, de donde han salido multitud de psicólogos de distintos puntos de España, que se han desplazado hasta la provincia de Valencia para prestar también su ayuda.

Voluntarios

Una de las profesionales de a psicología de nuestro país que se ha sumado como voluntaria de su sector es Pilar Conde, una psicóloga de Valencia que se ha acercado a Paiporta, una de las localidades más afectadas, para ayudar a los afectados.

Ella afirma que se ha encontrado todo tipo de reacciones, que se van a seguir dando muy a medio y largo plazo. Frustración, ira, tristeza, incertidumbre, impotencia. Pero también tienen cambios momentáneos de felicidad cuando sienten y ven que hay tanta gente movilizada ayudándoles.

Voluntarios barren el lodo de una calle de Masanasa

EFE

Voluntarios barren el lodo de una calle de Masanasa

También otros sentimientos como la culpa o la vergüenza son otros que están muy presentes. Pensar que ha pasado a otro y a mi no o esa vergüenza a que te tengan que ayudar pasan por la cabeza de muchos, tanto de los que no les ha pasado nada pero sí a otros familiares, como de los que a tan solo unos pocos kilómetros, en la ciudad de Valencia, ven como allí no ha pasado nada.

Es importante que aprendan a gestionar las emociones para prevenir en desarrollo de problemas más severos a medio y largo plazo”, afirma Pilar.

Los vecinos

Rosa, una de los muchos vecinos de Paiporta que lo han perdido prácticamente todo con el paso del agua, afirma en La Tarde que en muchas ocasiones contempla el panorama y no sabe ni como se siente. “Cuando al día siguiente yo me desperté pensaba que había sido un sueño, no te lo crees”, dice la vecina.

Ella recibe todos los días abrazos de desconocidos, le ayudan y reconfortan. Sus hijos son un pilar fundamental. Los vecinos y familias se ayudan entre ellas porque son momentos en los que uno no se puede permitir caer. Solo se puede permitir ver el presente hacia delante, no hay que mirar atrás porque la imagen es demasiado dolorosa.

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