Fernando de Haro: "El debate de ayer fue aburrido en una campaña en la que se disfrazan las mentiras"

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Quedan 170.000 votos por recoger en oficinas, la Junta Electoral Central ha vuelto a ampliar el voto a mañana a las 14h. Enseguida te damos detalles. El domingo hay convocados a las urnas tres millones de jóvenes. Muchos de ellos, a pesar de estar en la flor de la vida, se hacen fotos con filtros, viven con sus padres, nunca han visto un debate ni leído un periódico, pero escuchan como locos pódcast de gente que les hace compañía, son jóvenes que como dice Luz Sánchez Mellado, hemos echado sin red a un mundo que no es el nuestro, pero que tampoco es el suyo. Muchos de ellos piensan que votar es de viejos, algo hemos hecho mal.

En el extraño debate de ayer, Abascal le pregunta a Yolanda Díaz, qué era una mujer. Mejor, quién era una mujer y Yolanda Díaz no respondió, pero tampoco quiso responder el propio Abascal. Aquí hay algo raro. Yolanda Díaz dice que es una feminista, no hay por qué negarlo, lucha por los derechos de las mujeres, por su igualdad, porque no sufran violencia machista. Y no sabe o no quiere definir quién es una mujer. ¿Por qué le da reparo decir lo que siempre ha dicho el feminismo, que mujer se nace, que tiene sentido luchar por las mujeres, porque ser mujer es un dato objetivo? Abascal, que se pasa la vida criticando la ideología de género, tampoco responde. Abascal tampoco quiso explicar que el género, como realidad cultural, existe, pero que el sexo es otra cosa, que el sexo es un dato objetivo. Ni la izquierda ni la derecha saben o quieren saber qué es una mujer, quién es una mujer.

Abascal estuvo simplón, como si la vida, la vida política, se resolviera con tres eslóganes. Mintió o se equivocó al decir que Bildu votó a favor de la reforma laboral, pero no fue ese fascista peligroso, antidemocrático que pinta la izquierda. Abascal ocultó la parte más sombría de Vox: la culpabilización de los migrantes, la explotación del miedo a la inseguridad, el negacionismo climático, el negacionismo de la violencia contra las mujeres, ocultó lo más oscuro de Vox y estuvo educado. Quizás es que Abascal es así y todo lo oscuro de su partido viene de otro lado. Era difícil ver en él un fascista peligroso, tampoco se veía en él un político serio. A mí, de Yolanda lo que más me llamaba la atención era esa pierna estirada que sacaba detrás del atril, esa pierna era la prueba de que la campaña de la Yolanda cursi y en color pastel es puro marketing. La vicepresidenta, amiga de Pedro, muerde, vaya si muerde, aunque su destino está anclado al sanchismo. Pedro y Yolanda parecían estar empezando a salir.

El debate de ayer fue aburrido, debate aburrido en una campaña en la que se disfrazan las mentiras y se dispara a los periodistas.

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