Fernando de Haro: "A lo mejor no es verdad que vivamos en un país esencialmente pacífico"

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Buenas tardes a la gente que mira y observa con dolor como hay violencia en nuestra sociedad. Este fin de semana ha habido violencia en Cataluña. A cuenta de los lazos amarillos. Como sabes a una mujer le han agredido por retirar un lazo amarillo en Barcelona. Vamos a dejar de momento de lado la cuestión los lazos amarillos, si es libertad de expresión, la cuestión de los Mossos, qué derechos y de quien se está vulnerando. Vamos a intentar entender lo incomprensible: ¿Por qué una persona al comienzo del siglo XXI, en un país prospero como el nuestro, libre como el nuestro, esencialmente pacífico como el nuestro decide pegarle a otra? Pegarle, usar la violencia. A lo mejor es que no es verdad que vivamos en un país esencialmente pacífico. Para llegar a pegar a una persona, no en defensa propia, no para sobrevivir, hay que mirar al otro, hay mirar y no ver a una persona, hay que ver a un xxxista, hay que ver al enemigo, al que me amenaza, al que me niega, al que me quita algo muy, muy importante. No hay modo de entender la violencia si uno no ha convertido al otro en una cosa, en una cosa, en la cosa que no debería existir, en la cosa que hay que suprimir. No consigo entender como se puede llegar a utilizar la violencia por esto. Los hechos, hechos como los de este fin de semana, atestiguan que nos miramos unos a otros como cosas amenazantes. La cosa es seria.

Y por otro lado, también ha hablado del asunto que atiende al Juez Llarena:

Ahora si, ahora la ministra de Justicia, Dolores Delgado quiere bailar porque la rumba está buena. Ahora sí la ministra, el Gobierno dice que quiere rectificar y que va a defender a Llarena has sus últimas consecuencias. No es que la rumba esté buena es que los ex compañeros de la ministra de Justicia le había montado una buena. Prácticamente todas las asociaciones de jueces y fiscales. La ministra Delgado argumentaba que la demanda se refería a declaraciones privadas de LLarrena. Esa era la rumba que la ministra Delgado quería que todo el mundo bailara. Pero la letra de la rumba de la demanda de Puigdemont tiene muy poco de privado, la rumba de Puigdemont habla de España como un Estado delincuente y nos atribuye violaciones sistemáticas contra derechos fundamentales. La Abogacía del Estado, los servicios jurídicos del Estado, recomendaron una personación para defender a Llarena y la soberanía jurisdiccional española antes del 20 de agosto. Ahora rectifica. Y la ministra, ahora sí, baila, con el paso cambiado, que se le nota a la ministra y al Gobierno en este baile en todos, mucho, que la pareja en la pista es independentista.

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