De Haro: "Para Sánchez el PP es el partido de la corrupción, dan igual los hechos, no cuentan"
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Anna y Tom, eran novios desde la Universidad. Se van de Italia a Berlín, encuentran buenos trabajos y tienen una vida concienciada, y artística, sin convencionalismos, experimental, sin hijos ni ningún tipo de atadura que no se pueda disolver fácilmente.
Son los protagonistas de Las perfecciones, la última novela de Vincenzo Latronico. Llega un momento que Anna y Tom empiezan a aburrirse, quieren prolongar la juventud y creen encontrar la solidez que les falta en ese trabajo en lugar de buscarla en otro lugar y entran en una espiral de la que no pueden salir.
Tienen una vida llena de abundancia, aunque no queda muy claro en qué consiste esa abundancia que no les satisface. Quizás esto sea lo interesante, lo mejor de las parejas que han cumplido los 40 años, que saben que están insatisfechos. Lo peor es que les han hecho, nos han hecho creer también a los que no tenemos ya 40 años, que la solidez puede estar en el trabajo, en el amor, en el surf, en el pádel, en los viajes a los lugares exóticos, en ser muy zenes y dejar de desear, como si eso fuera posible.
Hoy el Congreso, esta mañana, se ha visto inundado por las aguas torrenciales del caso Koldo, del caso Ábalos, en un país en sequía. Ábalos ha regado por inundación la sesión de control. A Feijóo se le ha visto con muchas, muchas ganas de poder acusar a Sánchez de corrupción.
El PP cree que ha encontrado el caso que ahogará la legislatura de Sánchez y Feijóo se lanza a acusar a Sánchez de estar al corriente de las comisiones y de los posibles contratos irregulares. El PP corre mucho, corre demasiado porque no hay evidencia ni indicio de que Sánchez supiera lo que hacía Koldo.
Otra cosa es la posible responsabilidad de Sánchez por no vigilar lo que hicieron Santos Cerdán y Ábalos. Pero ni uno ni otro están ni acusados ni sentenciados por delito alguno.
Sánchez ha estado muy incómodo. Se le ha puesto esa carita que se le pone los días en los que algo le va mal, no lo puede disimular, se le achinan los ojos y aprieta la mandíbula. Ha sido sorprendente como ha respondido a Feijóo.
A Sánchez le causa sonrojo que el PP quiera sacar tajada. ¿Por qué le causa sonrojo? Porque Sánchez considera que el PP ha sido, es y será el partido de la corrupción. Y su partido, el PSOE, está limpio de polvo y paja. Pero hombre Pedro, que ahora a quien se investiga es al PSOE. Da igual, los hechos no importa, el PP es el partido de la corrupción, los hechos no cuentan.
Sánchez sigue diciendo que lo del hermano de Ayuso con las mascarillas fue un caso de corrupción cuando fue archivado por dos fiscalías. Mientras el caso Koldo desbordaba el Congreso, Ábalos ha ido en peregrinación por todo los santuarios del periodismo. Ábalos dice que es inocente porque los contratos los adjudicó bien su ministerio, como dijo el Tribunal de Cuentas, y luego Koldo se llevó las comisiones.
El Tribunal de Cuentas señaló en octubre del 22 que Puertos del Estado le adjudicó el contrato a una empresa que no tenía experiencia en este tipo de actividad y que la responsabilidad fue de Ábalos. O sea, que el Tribunal de Cuentas sí vio irregularidades.