"Falta vivienda y por eso los expertos nos dicen que no estamos en una burbuja, o al menos, no en la misma burbuja de hace 20 años"

El precio de la vivienda se ha vuelto a disparar un 8,4% en 2024, lo que supone la mayor subida desde el año 2007. 

Este es uno de los grandes titulares que nos deja hoy el Instituto Nacional de Estadística. Y es un titular que no ayuda en nada al grave problema de vivienda que está atravesando España.

No es la primera vez que hablamos de esto, es un tema recurrente, también en las agendas políticas, pero lejos de mejorar la subida del precio de la vivienda se ha duplicado en un año. El problema no solo, persiste sino que se ha acelerado.

Para una gran mayoría de españoles no es nada fácil comprar un piso o una casa al precio que se está pagando pero aún así la demanda es alta en comparación con al oferta. ¿Por qué? Porque falta vivienda.

Te puedes imaginar la escena: en cuanto sale un piso decente a la venta, aparecen varios compradores con lo que el vendedor no tiene porque bajar el precio. Basta con recurrir al típico “me lo quitan de las manos”. A nivel práctico, este sería el resumen de la situación que estamos viviendo.

Luego podemos añadir muchas aristas: la presencia de capital extranjero que compra rápido y bien, sobre todo en grandes capitales o, por ejemplo, que el mercado se anime porque los tipos de interés se estén recortando y la hipotecas salgan más asequibles. Ayer mismo el Banco Central Europeo volvió a rebajar los tipos. O también podríamos hablar del encarecimiento del precio de los materiales de construcción en obra nueva.

Ingredientes hay varios, estas situaciones nunca son fruto de una sola situación y por eso tampoco puede haber soluciones mágicas, pero en la base del problema está esa falta de vivienda en un país en el que además ha ido aumentado progresivamente la población en los últimos 10 años especialmente en las áreas metropolitanas, en las ciudades, donde viven prácticamente 4 de cada 10 españoles.

Toda esta situación a muchos les recuerda a la famosa burbuja inmobiliaria que anticipó la crisis pero precisamente es la oferta lo que diferencia la situación de 2007 con la de ahora. En aquellos años los precios se inflaron a pesar de que había un boom en la construcción. Ahora, en cambio, falta vivienda y por eso los expertos nos dicen que no estamos en una burbuja, o al menos, no en la misma burbuja de hace 20 años.

Aquella se pinchó por sí sola y esta habrá que pincharla.